Sí, “perdón”, de eso habla Pedro Sánchez en su tuit después de que el congreso haya aprobado la ley de amnistía: “En política, como en la vida, el perdón es más poderoso que el rencor. Hoy España es más próspera y está más unida que en 2017. La convivencia se abre camino”. No creo que lo que pasó ayer en la cámara baja fuera de perdón, sino de justicia: es el reconocimiento del estado de que las penas impuestas fueron injustas y excesivas. Si Sánchez no lo tiene claro, ¿qué ha aprobado? ¿Cómo no va a echársele encima la oposición en el Congreso y también dentro de su propio partido?
La voz del PP
También después de la votación y aprobación en el congreso de esa amnistía, Isabel Díaz Ayuso se erigió en la voz de su partido, vía X: “La Amnistía es un engaño masivo, pura corrupción en favor de los que quieren romper España y llevar los males de la política catalana a todos. Frentismo, impunidad, atentado contra el Estado de Derecho, la división de poderes, supremacismo, abuso…”. ¿Esa es la opinión del PP? También anunció recursos de Madrid y todas las comunidades autónomas con presidentes de su partido. ¿Es decisión del PP? ¿Quién manda en el partido de Núñez Feijóo e Iturgaiz? ¿Y qué manda?
Y por supuesto, la campaña
La aprobación de la ley de amnistía durante una campaña electoral, por supuesto, ha servido a los diferentes partidos para manipular el sufrimiento de las personas que pueden ser amnistiadas: Vox, con su numerito. El PP, con sus pataletas. Pedro Sánchez, con su visión de la realidad impuesta a los demás. Y por supuesto, ERC, con un músculo independentistas que no levanta ningún peso: fue tal su torpeza en el Procés que, aun escondiéndose detrás de la figura de Puigdemont, los suyos acabaron saciando con cárcel la sed de venganza española. Ahora, Rufián anuncia un referéndum. Solo es un acto de campaña y más suya que de su partido.
Un poquito de vergüenza
Ahora que ha pasado un tiempo, estoy bastante seguro que la peor fase de la política española coincidió con Pablo Iglesias y Albert Rivera en activo. Nunca fue mayor la hipocresía y la mala educación. De hecho, las chiquilladas de Vox, intentando reventar la votación de la ley de amnistía, que denunciaba Aitor Esteban casi en directo en X, parecen cosa menor. Menor pero que suma: suma a una política española que no alza el vuelo después de aquel momento negrísimo en el que Podemos y Ciudadanos estaban en lo mejor. Una política española en la que urge una reflexión y una acción compartida para elevarla y revalorizarla.
Viva la madre que parió a Mendilibar
Si alguien no ha visto aún el vídeo en el que Mendilibar grita, en la celebración del título de su Olympiakos, “viva la madre que parió a todos los griegos”, antes de que su traductora lo pase a aquel idioma, que lo pida a su alrededor, que seguro que lo recibe rápidamente en algún grupo de WahstApp. José Luis Mendilibar se ha ganado decir lo que le dé la gana después de conseguir el primer trofeo continental de un club griego, y ser el sexto entrenador de toda la historia que logra dos títulos europeos seguidos. El de “Mendi” es el éxito de todas esas personas silenciosas, trabajadoras, buenas, que, por fin, ganan y sueltan un “¡joder!”.