La semana pasada fui incapaz de escribir un comentario en el blog. Todo lo que se me ocurría era tan negativo y estaba siendo tan repetido en todos los periódicos, radios, tertulias, y comentarios, que pensé que mejor si me lo ahorraba. El partido ante el Granada fue tan horroroso, que no era capaz de plasmarlo con palabras. Así que me he pasado la semana pensando, pidiendo, esperando que contra el Valencia nuestros chicos nos ofreciesen la cara amable que nos están brindando en San Mamés. Y que de mientras, se le vaya dando a Valverde más tiempo de cara a ir dando con la tecla. Tecla, que parece realmente difícil de localizar.
Se ve que San Mamés es otra cosa, por lo menos de momento, y aunque lo del domingo no fue para echar cohetes, por lo menos, es algo muy distinto a lo perpetrado en el estadio nazarí. Para empezar diré que el Valencia me pareció muy buen equipo, sin fisuras, compacto y difícil de romper. Empezaron la Liga titubeantes pero los cuatro partidos anteriores al de San Mamés son victorias, es decir,… tiene toda la pinta de que va a ser uno de los equipos fuertes del Campeonato. El Athletic, por momentos fue capaz de plantarle cara y de inquietarle lo suficiente como para haberle dado un disgusto, sobre todo a última hora. Al principio también se le inquietó un poco pero como siempre nos lastró la falta de pegada (o de nueve específico) y la escasa continuidad en el tiempo cuando cogemos la ola buena (o medio buena). De hecho el Valencia también tuvo fases de control absoluto, en la que daba la sensación que el 0-1 se iba a convertir en 0-2, más que en un empate. De ahí que aunque le achaco mérito al Athletic, también soy consciente de que hay momentos en que hacen las cosas bastante mal, complicándose la vida, e impidiendo la mejora. Ejemplos: varios balones perdidos por Rico en el primer tiempo (que fueron muy peligrosos) permitiendo contras ches; el absurdo penalty de Laporte (a ver si corrige esa suficiencia tan dañina); la poca presencia de Beñat; lo perdido que volvió a estar Muniain,…
De todas formas visto que otra vez tuvimos que remontar, y que logramos el empate, creo que a nadie le deja dicho resultado un regusto amargo. Más al contrario, se ve que lo de Granada fue un esperpento que no se debería volver a dar. El saber si va a ser así o no lo descubriremos dentro de casi 3 semanas, ya que tras el parón el siguiente partido es de nuevo en La Catedral. Pero el Getafe nos espera para ver si es que efectivamente hay dos equipos: uno para casa y otro para fuera. Esperemos que no, porque el mal cuerpo que se nos quedó con lo del Granada es difícil de olvidar. Mister Hyde es demasiado para unos animosos hinchas a los que la versión que nos gusta es la del Doctor Jekyll, pero sin sorpresas posteriores.
El porqué de dicha metamorfosis supongo que es lo que está estudiando Valderde, de cara a que no se vuelva a producir. Imagino que uno de los factores a estudiar es qué jugadores que pueden ser importantes para su equipo deberían volver por sus fueros, o por lo menos, que se acerquen a demostrar mínimamente la calidad que atesoran. Quizá el ejemplo más claro de lo que comento sea Ander Herrera, que está mal no. Lo siguiente. No se le puede achacar el que no se ofrezca, porque a pesar de no dar una sigue buscando y buscando el balón, eso sí, para la siguiente hacerlo, todavía peor que la anterior. ¿Tanto le ha afectado lo del Manchester? Sinceramente, espero que «vuelva» porque el equipo lo necesita. ¿Si no vuelve? La respuesta es sencilla. A la caseta, al banquillo o a la grada, que otras opciones este año no nos faltan.
Para acabar comentar que sí me parece que se notó la salida de Toquero al campo. Creo que es un tema anímico, pero este jugador transmite. El público agradece su esfuerzo y sus carreras, que a veces pueden parecer infructuosas, pero el domingo hizo perder al rival un montón de balones por esa presión enloquecida que realiza. Creo que algo también contagia a sus compañeros. Su entrega esta vez sí que aportó. Igual le vamos a necesitar más. ¡Aupa Gaizka!