Muy claro

Si estamos alabando las nuevas formas de comunicación de las y los políticos, y pidiendo que se posicionen de manera clara sobre los temas que nos preocupan, no podemos obviar cuando lo hacen: Nerea Melgosa explica en un vídeo a través de X la posición del Gobierno Vasco respecto al reparto de los menores migrantes que llegan a Canarias. Y lo que la consejera pide es una solución estructural planificada incluso hasta los costes económicos (algo que parece lógico) y evaluable, y no otro parche coyuntural que no asegura el respeto a los derechos de los menores ni la certidumbre debida en los lugares de acogida. Muy claro.

Ni cómplices ni valientes

En el caso de la inmigración, lo valiente es levantar el dedo y decir: “Yo me hago cargo, yo desarrollo un modelo de acogida y yo me expongo a la opinión pública bombardeada por el populismo”. Lo cobarde es lo que hace y dice Santiago Abascal: “No seremos cómplices ni de los robos, ni de los machetazos ni de las violaciones” (Al Rojo Vivo, en X). Solo pronunciar estas palabras debería de ser delito. Sobre la migración necesitamos relatos claros y veraces, no necesitamos más mierdas de ultra que cualquiera reconoce como tal si piensa dos veces lo que oye. También es verdad que no necesitamos más mensajes buenistas.

Les han vencido

Si Vox consuma su amenaza y abandona los gobiernos en los que ha entrado de la mano del PP, estaremos ante una derrota épica, como dice ahora la chavalada: un grupo de inmigrantes que ha pasado perrerías para llegar a Canarias habrá batido, ganado, vencido y echado del poder al principal partido de extrema derecha en España (ahora, hay dos gracias a Alvise Pérez). No me escondo: me parece maravilloso que haya sido un reparto de personas maltratadas y que viven acinadas lo que haya expulsado de los gobiernos a un Vox que ha podido medir muy mal su órdago. Solo queda ver cómo ha medido, por su parte, el PP.

Lo que no son

Lo que está pasando, quiénes lo están protagonizando y lo que debe quedarnos claro lo escribe Juanma Lamet en X mejor que nadie: “No son ‘menas’, son niños y adolescentes que huyen de la miseria. No se reparten como mercancía, se reubican porque Canarias no puede con tantos. No son números, son derechos humanos. No es una patata caliente, es solidaridad. Una garantía constitucional. Sí es xenofobia”. Y yo añado lo que sí son: son las personas que hacen el trabajo que nadie ve en las cocinas de Euskadi, por ejemplo. Insisto en que no creo en los discursos buenistas, pero necesitamos tener muy clara la base desde la que construir.

¿Y a Ayuso?

Que Nacho Cano es un personaje tirando a mamarracho ya lo sabíamos. Que Isabel Díaz Ayuso tiene muy mala suerte porque todo a su alrededor se vuelve tóxico, también: su hermano, su pareja, el artista al que apoya más expresamente… Pero vamos por partes: ya veremos en qué queda la acusación al músico por contratar irregularmente a migrantes, que después de quedar en libertad ha acusado a la policía de que actúa como la “Stasi”, ante lo que los sindicatos se han revuelto acertadamente. Lo que creo es que se quedan cortos: si la presidenta de Madrid ha hablado de “estalinismo”, las críticas también deberían de dirigirse a ella. ¿O no?

La justicia española

Es evidente que si hablamos de justicia y de política en España, hablamos siempre de una utilización de la justicia por parte de la política que no sería posible si las y los jueces no se prestasen a ello. Pero sucede. La justicia incluso corrige a la política, y lo estamos viendo en Catalunya, donde juezas y jueces ejercen como castigadores con intenciones claramente vengativas, y no resolutivas. No hay justicia sin paz. Para mí es tan sencillo como eso. Así que es normal, necesario, incluso, esto que leemos en El Nacional: “El independentismo se conjura en Waterloo para hacer frente común ante los jueces por la amnistía”.

Un nuevo relato

Precisamente desde Catalunya llega un tuit de Xavier Tomàs, de nuevo, muy certero: “A las pocas horas de tomar posesión de su cargo, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Lammy, hacía un vídeo explicando sus prioridades y anunciando las primeras medidas concretas. O dicho de otra forma, la ‘nota de prensa’ de hoy es la grabación de un vídeo, la publicación en redes sociales, y el envío de este (en alta definición y en versión también solo audio), a los medios de comunicación”. Y esto no es el futuro, sino el presente: los jefes de prensa generan nuevos relatos interesantísimos con medios sobradamente conocidos.

Esto sí es el futuro

También desde Catalunya nos llega esta pista que da Antoni Gutiérrez: “Las redes sociales son la principal fuente de información de los latinoamericanos, superando incluso a la televisión. México y Perú tienen los mayores porcentajes”. Esto solo es un adelanto, un aviso de lo que viene: los equipos de comunicación, con los nuevos relatos que, insisto, resultan interesantes y sugerentes, van a rebajar la importancia de los medios que no sepan hacer del análisis, de la capacidad para explicar el mundo, sus principales valores. La tele lineal es presente, pero no podemos proyectarla hacia el futuro. Quien no lo vea se engaña.

No son “entrepreneurs”

Algo va muy mal en España y, por extensión, en Euskadi, si hay un “boom de autónomos mayores de 60 años: 3.000 se dan de alta cada mes para completar la pensión” (Vozpópuli). Las y los autónomos son quienes emprenden y generan IVA, quienes montan las empresas y crean riqueza, quienes abonan nóminas y pagan a parte del león de la fiesta de los recursos públicos. Un país de funcionarias y funcionarios no es viable. Y menos lo es un país en el que la o el autónomo lo es por obligación “hasta poder jubilarse” o porque “compaginan la pensión con un trabajo”. Estamos hablando de un fracaso con todas las letras.

Es Rusia la que justifica a la OTAN

Dice Jens Stoltenberg, el jefe de la OTAN: “Vamos a reforzar nuestro apoyo a Ucrania” (Euronews), ¿y a quién no le parece bien después de las imágenes de esta semana, con niñas y niños muertos o heridos después del ataque de Rusia a un hospital infantil en Kiev? Es el Kremlin el que hace bueno a la OTAN, el que la hace más necesaria ahora que en los últimos 20 años, el que nos ha abierto los ojos y nos ha invita a pensar que no hay nada asegurado y que la defensa, vía militar, no está demodé, sino de actualidad porque en cualquier momento algún imbécil decide arrancar una invasión sobre un estado soberano por el morro.

El respeto a nosotras y nosotros mismos

Pocos detectores de idiotas hay más infalibles que el “ACAB” o el repudio sistemático a la policía. Voy más lejos: una sociedad que respeta a sus fuerzas de seguridad es una sociedad avanzada. Pero para eso, claro, lo primero que hace falta es que las propias policías no se hayan perdido antes el respeto a sí mismas. Me centro, que me iba: no es violencia policial reducir a un delincuente, por mucho que se haga en un barrio con un porcentaje de migrantes mayor que la media. Necesitamos una policía empoderada y no una que dude, si queremos mejorar la sensación de seguridad en nuestra calle. ¿O alguien no quiere que mejore?

Hablemos como personas adultas

De la misma manera, por supuesto que necesitamos saber que, si llega el caso, vamos a poder defendernos del agresor. Una Euskadi independiente necesitará unas fuerzas de defensa e integrarse en pactos internacionales por la seguridad. ¿Alguien lo duda? ¿Por qué? ¿Quién nos ha generado esa duda? ¿A quién apoya el que nos la genera? Voy a un caso concreto: “La falsa disyuntiva armas-para-protegerte/hospitales-para-tratarte resuelta en una sola foto”, tuitea Xavier Colás sobre la foto de las y los niños, pacientes oncológicos, que han tenido que continuar su tratamiento en la calle de Kiev después de que Rusia lo bombardease.

También en Catalunya

En Catalunya especialmente necesitan que las y los políticos, y los medios, hablen, por fin, a la ciudadanía que vota como si fuera adulta porque lo es. Esto de El Independiente es positivo: “PSC y ERC avanzan para investir a Illa con el consorcio tributario como pieza clave”. Lo es porque supone un avance hacia la conformación del gobierno gracias al diálogo y lo es porque Puigdemont debe mover ficha sin esperar a una repetición electoral. El momento es ahora: lo que tienen en común y lo que no los partidos debe quedar claro ya. Y las consecuencias, por cierto, también deben ser asumidas de una manera adulta, y no con pataletas ni vendettas.

Por ejemplo

ERC tiene que tomar una decisión difícil: perder parte de su reputación facilitando que Illa sea presidente y mantener el número de escaños, o llevar a Catalunya a una repetición electoral sin mácula pero preparándose para recibir un tortazo electoral con la mano abierta. De nuevo una encuesta en Vozpópuli muestra una caída del socio de Bildu tan brusca que a Illa no le darían los números para ser president con ERC y los Comuns. ¿Y después, qué? ¿Una situación de bloqueo permanente? Porque Junts tampoco ganaría tanto en esa repetición ni podría maniobrar con holgura. Toca resolver el acertijo y asumir lo que venga.

Y esto, de fondo

Curiosamente, ERC se ha puesto el palo en la rueda de su propia bicicleta: el partido hermano de la izquierda abertzale en Catalunya “afronta una nueva semana en el fango del caso de los carteles del alzhéimer en plena negociación para la investidura”. Hablamos de la denuncia de Ernest Maragall, que se vio en unas fotos despectivas en la calle junto a su hermano, Pasquall, en una acción de fuego amigo, ya que señaló a Tolo Moya, el director de Comunicación de ERC. Según Público, el partido intenta frenar la sangría por este “escándalo” cuanto antes para poder avanzar hacia la negociación y evitar, así, una repetición electoral con tanta fragilidad.

¿Hasta cuándo vamos a salvar match-points?

La derrota del partido de Le Pen en las legislativas francesas es otro match-point que ha salvado Europa frente a la ultraderecha. Lo hicimos también el pasado junio, cuando no crecieron tanto como esperábamos y los tres grandes grupos del parlamento europeo han podido maniobrar para arrinconar al fascismo. Y hasta cuando ganó Meloni en Italia parece que nos libramos de los ultras más ultras dando por buena a una ultra, pero menos. ¿Cuántos más vamos a salvar? Jordan Bardella ya se emplaza a sí mismo para la noche electoral de las presidenciales de 2027, en las que espera, por fin, vencer. ¿Libraremos también ese día?

¿Y en España?

Mientras en Francia la ciudadanía da la espalda claramente a la ultraderecha y los partidos expresan con claridad que se organizarán para apartarla de la vida política, en España los medios conservadores siguen dando por hecha una coalición de PP y Vox que, según Vozpópuli, “sumarían mayoría absoluta impulsados por los escándalos en torno al PSOE de Pedro Sánchez”. ¿Y qué dice Núñez Feijóo? Pues imparte una clase de hipocresía en X, poniendo de modelo a Francia como país moderado y de centro político. Es indiscutible que no se entera o que piensa que nadie menos él lo hace. Y que se equivoca de todas las maneras.

Bajo obediencia francesa

La elección de Peio Dufau en la sexta circunscripción del departamento de Pirineos Atlánticos es una victoria histórica de la izquierda abertzale, fruto de una decisión estratégica acertada, la de acudir con el Nuevo Frente Popular y negociar el puesto de salida de Dufau. Pero también es la evidencia de un rendimiento: la izquierda abertzale es hoy en el sur el socio que más fácil se lo pone a PSOE y Sumar, y en el Norte, un partido más de una gran coalición con casi una única argamasa: su naturaleza jacobina y centralista. Lo que hace ahora la izquierda abertzale está muy bien, por fin, pero lo que deja a la vista está, también, muy claro.

¿Cuál es la diferencia?

¿Cuál es la diferencia entre que Israel lance un misil contra un hospital en Gaza y que lo haga Rusia en Ucrania? Ninguna. Así que los que justifican lo injustificable, por favor, que aprovechen el silencio de ayer, síntoma de vergüenza, para callarse para siempre. Un hospital infantil ha sido bombardeado por el ejército del Kremlin, ha provocado cinco muertes y ha dejado a las y los pacientes, niñas y niños, recibiendo tratamientos contra el cáncer en la calle. ¿Y por qué? ¿Cuál es el objetivo de este ataque? ¿Qué demonios lo justifica?

¿Y a mí, qué?

Me pasma cómo hemos normalizado en Euskadi la presencia de la selección española. Hasta he leído en un periódico que es una falta de respeto que al lehendakari Pradales no le guste el fútbol y no muestre su apoyo a los jugadores vascos en “la roja”. ¿Y a mí, qué? Hoy se enfrentan dos países que no nos dejan tener ni selección ni estado propio. Yo me fijo en eso. Y me importa lo mismo que esté Nico jugando con España que lo que me importaba que estuviera Lizaranzu con Francia o Amorebieta con Venezuela. Si tengo que quedarme con un estado opresor, me quedo con Inglaterra, que por lo menos nos dio el fútbol.

¿Quién paga la fiesta?

Voy a dar por buena esta noticia aunque, lo confieso, cada vez me cuesta más hacerlo: “El Gobierno aprueba la mayor Oferta de Empleo Público de la historia: más de 40.000 puestos”. Y ahora voy a hacerme la pregunta que creo que cualquier ciudadana y ciudadano debe hacerse: ¿quién va a pagar la fiesta? No nos engañemos: con las cotizaciones del funcionariado no alcanza. Hace falta atraer riqueza, generar empleo, cobrar impuestos por actividades económicas y, por supuesto, que haya muchísimos contratos en el sector privado que sostengan al público. Si todo lo anterior se desincentiva no habrá ni fiesta que abonar.

¿Esta es la realidad?

En El Blog Salmón han desmontado con pasmosa facilidad este tuit del ministerio español de la Seguridad Social: “En los cinco primeros meses del año, la Seguridad Social ha ingresado 51.000 millones de euros frente a los 48.800 millones de gasto”. Aquí estaría la trampa, según la bitácora: “El problema, que no dice el Gobierno, es que el gasto de la Seguridad Social no solo son las pensiones, sino otros subsidios y prestaciones. Y si sumamos esos 6.700 millones ya entendemos que la Seguridad Social está en déficit”. Y esto lo escriben sin miedo a ser “unos catastrofistas o simplemente unos rivales políticos desleales al Estado”.

Que paguen ellas y ellos

Yo lo tengo claro: la fiesta del funcionariado y el déficit en la Seguridad Social deberían de empezar a pagarlo las “15.186 las personas que ganan más de 600.000 euros al año” (El Plural) en España. Luego, ya aportaremos el resto lo que nos corresponda. Y si esto sigue así, podremos con todo lo que nos propongamos: “El número de ricos crece en España un 25% en tan solo un año”. Personas que “a diferencia de lo que sucede en las rentas bajas y medias, que en esencia suelen vivir de su trabajo, los más ricos complementan estos rendimientos con todos aquellos ingresos que se engloban en las rentas del capital y el ahorro”.

¿Y a mí, qué?

Entiendo que es una voladura controlada, y que antes de que algún medio afín al PP saque los sueldos que cobran los presentadores estrella de RTVE, lo hace Público para desactivar el impacto. Pero incluso así me parece mal que el digital haya entrado al juego. ¿Y a mí qué me importa lo que haya ganado Carlos Franganillo, Mónica López, Antonio Buitrago o Xavier Fortés que, para el chascarrillo queda, son los periodistas que más han cobrado o cobran? Lo que me importa es que se lo ganen, que informen bien (y esto no tiene nada que ver con hacerlo siempre con los mejores medios) y que se deban a la ciudadanía que les paga.

Yo me aferro a esto

Una parte de mi trabajo diario se refleja en esta columna: tengo que repasar lo que van generando los digitales o las y los políticos en sus redes sociales. Y la mayoría de lo que veo no me gusta, esta es la verdad. Por suerte, por el camino me encuentro a personas muy inteligentes y necesarias, que nos recuerdan esas certezas a las que debemos aferrarnos, como Marcelino Madrigal en X: “No todo el mundo es igual y todo el mundo no miente. Lo que tenemos que aprender es a diferenciar quiénes nos mienten de quienes no lo hacen”, y de paso, castigar a quien miente y manipula, y premiar a quien va de frente.