Bien hecho

“FACUA lanza una web que vigila a diario la evolución del precio del aceite de oliva en seis grandes cadenas de supermercados”. Tan pronto como lo leímos en la web de FACUA lo probamos, claro, y está muy bien: no solo porque aporta información, sino también porque Mercadona, Carrefour, Eroski, Día, Hipercor y Alcampo tienen una lupa sobre el precio de sus alimentos más básicos (aceite de girasol, aceite de oliva y leche). Así, si hay oscilaciones tendrá que haber explicaciones (o por lo menos, podremos exigírselas con datos en la mano), lo que otorga cierta sensación de control a las personas consumidoras.

Para algo ya ha servido

2024 y vuelvo a ver en X diatribas recientes contra quienes quieren acabar con el anonimato en Internet. Llevo leyéndolas desde que X se llamaba Twitter y nos conocíamos (o reconocíamos) todas y todos. Incluso después de ver, como hemos visto, lo rápido que se propagan bulos como el falso origen africano del asesino en Mocejón, hay quien defiende que ese anonimato es positivo. Sí lo es, pero para la extrema derecha, esa misma que luego se rila con facilidad: “Varios difusores de bulos racistas cierran sus cuentas de redes sociales tras el anuncio de la investigación de la Fiscalía” (El Diario). Los valientes.

Ey, criptobro

“Más del 65% de las criptomonedas que se han lanzado al mercado han fracasado”, aseguran en The Objective. Solo “Bitcoin o Ethereum siguen una tendencia alcista en el largo plazo, mientras que la mayoría de criptomonedas se quedan por el camino con depreciaciones del 90 o incluso el 95%”. Un negocio “estupendo”, a todas luces. ¿Y ahora, qué? ¿Qué pasa con el dinero invertido? ¿Dónde está? ¿De verdad tenemos que creer que se ha volatilizado? Todas estas preguntas sin respuesta acaban en un único sitio: “Un desinterés generalizado por parte de los inversores”. ¿Quién querrá meter pasta en este sector si no es para esconderla?

Un mercado que ya ha cambiado

No entendí la euforia por las criptomonedas, no entiendo esa defensa cerrada al anonimato en las redes, y no entiendo por qué “Las marcas europeas de coches creían que no íbamos a confiar en el coche chino barato”. Como bien escribe Sergio Delgado en El Blog Salmón: “Estaban muy equivocadas”. Hoy día, el precio de un eléctrico europeo es, de media, el doble que el de uno chino. Así que la industria (importantísima en el continente y en Euskadi) y la UE tienen un severo problema: quienes nos han asegurado que eran fiables los componentes orientales no pueden decirnos ahora que sus productos acabados no lo son.

Mucho tienes que vender…

“Comienzan a llegar las primeras multas por vender ropa y objetos de segunda mano en Vinted y Wallapop”. Leo esto en El Economista y me sorprendo, claro. Yo que nunca he vendido nada en estas plataformas, ahora que no puedo me siento interesado, como siempre. Pero la verdad es que el titular cumple su función de llamar la atención: tienen que declarar sus ingresos quienes “hayan vendido 30 artículos o más en un año, con un importe de más de 2.000 euros en las ventas”. Y eso solo es posible si uno usa estas plataformas como tiendas encubiertas, por lo que las sanciones son absolutamente lógicas y garantistas.

¿Qué puede salir mal?

¿Qué puede salir mal si PSOE y PP insisten en su estrategia compartida de meter en el ajo político a las familias de sus líderes? Eso es algo que, hasta ahora, hacían otro tipo de partidos como Vox, Podemos o Bildu, y que las y los de Núñez Feijóo y las y los de Sánchez han llevado a un nivel superior. ¿Quién va a querer prestar su conocimiento a la política si sabe que será linchado en redes, expuesto en los medios, con un regreso difícil a su sector profesional y ahora, también, que pone en riesgo lo que puedan conseguir profesionalmente sus parejas o sus familiares? ¿Hay alguien en PSOE y PP que sea capaz de mirar hacia el medio plazo?

Y luego, ¿qué?

Llevo meses diciendo que Sánchez y Puigdemont se parecen mucho en política: ambos han hecho del cortoplacismo y el golpe de efecto un modelo que les reporta cierto éxito, pero siempre muy condicionado. De la misma manera, sus sucesiones al frente de sus partidos, que se han convertido en organizaciones personalistas, son un tema tabú que se comenta en corrillos pero no alcanza a la esfera pública. Bernat Dedéu da una vuelta al asunto catalán: cree que el cambio de Biden por Harris, aunque abrupto, o precisamente por ello, es un modelo a seguir en Junts, pero también en ERC.

A esto se dedica

Menéame es hoy un clásico de Internet: un agregador de noticias que resulta muy útil para saber de qué se está hablando en una parte de la gran red, por lo menos. Yo lo conozco y visito casi a diario desde que en Twitter (antes X se llamaba así) nos conocíamos todas y todos. No sabía que ahora pertenece a DiarioMotor Media, que fue adquirido por Atresmedia en 2021. Me he enterado leyendo a Alvise Pérez, que da esta información solo con un único motivo: señalar a los tres propietarios que permiten en su plataforma críticas al eurodiputado. Según él, se trata de “fake-news y basura ideológica”. A esto se dedica: a seguir el manual trumpista.

¿Por qué no lo hace?

Todas y todos sabemos que Alvise Pérez no es un político porque no va a trabajar para alcanzar acuerdos entre diferentes y mejorar la vida de la ciudadanía (estoy y nada más que esto es la política), él es un agitador. De la misma manera, sabemos que Javier Negre o Vito Quílez no son periodistas porque no informan o comentan la actualidad desde su punto de vista: generan campañas de agitación a favor de la ultraderecha. Por eso no debería de estar en el Congreso. Y menos después de difamar al periodista Raúl Solís: “Podemos pide a Armengol la retirada de la acreditación de prensa del Congreso a Vito Quiles tras su último bulo” (Público).

Una buena noticia

Lo suponíamos pero, por lo menos, yo, no lo esperábamos tan pronto: “El fútbol árabe deja de ser un reclamo para las estrellas” (Vozpópuli). Después del agitadísimo verano de 2023, con el aterrizaje de jugadores en plenitud de su carrera, vino el invierno en el que las noticias que generaba la liga árabe solo eran las de las ganas de huir de esos deportistas. Hoy aquella Superliga solo atrapa a quienes quieren cazar un último y suculento contrato en una competición menos exigente. Lo que diferencia a la árabe de la china es que la liga de los jeques tiene dinero para insistir. E insistirán.

La coherencia

Sorprendentemente (sí, me he sorprendido), Manuel Pimentel ha publicado un texto bastante interesante en The Objective sobre la coherencia o, mejor, sobre nuestra falta de coherencia: “Los turistas son siempre los otros, pura chusma desatada”. Son dos melones que tenemos que abrir: el del modelo turístico y el del modelo de sociedad llorica y egoísta que estamos construyendo. “Queremos viajar nosotros pero ponerle trabas a los demás”, escribe Pimentel. Queremos vuelos de bajo coste pero nos quejamos de que esos mismos aviones traigan turistas. Queremos Airbnb céntricos, bonitos y baratos, pero siempre en otra ciudad.

Vamos a por ello

Estamos en agosto, el mejor momento para abrir un melón. En el Diario de Ibiza recogen un comunicado la plataforma “Prou!” contra la masificación turística: “Todos querían -y quieren- vuelos baratos, ¿pero a qué coste? ¿los que vienen en vuelos low cost aportan algo a la isla?”. Se preguntan. Interesante reflexión: entonces, ¿a quienes vuelan caro sí los queremos? ¿Y cuando no podamos volar? En el mallorquín Última Hora leemos esto otro: “Sumar propone prohibir el alquiler vacacional en Baleares si el dueño no vive en el piso”. Una propuesta blanda, en mi opinión: el alquiler vacacional debería de estar completamente prohibido.

Sabemos cuál es el principal problema

Sabemos cuál es el principal problema que está generando este modelo turístico: el alquiler vacacional. “La peluquería de tu calle es ahora un piso turístico: así destruye la especulación el comercio local de los barrios”, titulan en Público. Y aciertan: los Airbnb y similares son un cáncer que, como tal, hay que extirpar. No cabe regulación posible, solo debe satisfacernos su prohibición. Porque molestan, encarecen las viviendas, vacían los locales comerciales y masifican nuestras ciudades: el flujo a hoteles y cámpines es controlable. Los pisos turísticos, como las “furgos” y las autocaravanas que se apalancan, generan descontrol (y menos gasto).

Podemos evitarlo

Sigo con Público, que sigue esa tradición tan española de hacer que los periódicos de Madrid sean a la vez locales y nacionales. “El turismo arrasa con la vida vecinal en Madrid: Malasaña, Letras y Palos de la Frontera, en pie de guerra”, titulan otra pieza en la que vuelven a avisar sobre “la subida de los precios de la vivienda y la destrucción del comercio local”. Sabemos cuál es el problema, conocemos sus consecuencias y podemos atajarlo pero, claro, para eso tenemos que dejar de alojarnos en pisos turísticos y de volar en low-cost, y admitir que tendremos que dejar de salir y que solo podrán viajar quienes más tienen.

“Fodechinchos”, los demás

Por supuesto, en este acto de incoherencia y egoísmo global no podía faltar el odio ni la mierda que generamos en X. Por ejemplo, este verano ha hecho mucha gracia el término “fodechinchos” para referirse a los turistas que visitaban Galiza. Quienes lo usan se ven como nobles guardianes de su tierra, pero se parecen más a personajes de Pedro Vera que se intentan reírse de las y los visitantes que se acercan al pueblo. Y en Asturias se ha puesto de moda hablar mal en redes sociales sobre el territorio, su clima y hasta su gastronomía, es decir: se ha puesto de moda hacerse un selfie tirando piedras contra tu propio tejado.

Nuestro día a día

Julián Macías expone en X el día a día de Internet de manera muy concreta: “El bulo racista, 5.000 RT. La verdad, 2 RT. No solo es que la mentira se comparta 2.500 veces más que la verdad. Es que esta cuenta verificada publica mentiras racistas cada día, entre ellas fue la primera en publicar que el asesino de Mocejón era magrebí”. El caso al que se refiere es la violación a una turista en Magaluf por la que han sido detenidos siete franceses y un suizo. Antes de que El Diario de Mallorca lo contara y obtuviera dos retuits, uno de esos medios que utiliza la ultraderecha para sus mierdas acusó a ocho magrebíes y obtuvo esos 5.000.

Y el suyo

El día a día de algunas y algunos es tener el estómago revuelto ante los bulos racistas que corren velozmente e intentar, por lo menos, denunciarlo. El de otras y otros es justificar lo que sea porque tienen una ideología de mierda. En este caso, lo expone Javi Cuesta: “Putin besa el Corán en su visita al jefe de Chechenia, Ramzán Kadírov. Un gesto inocuo por el que ardería la Twitter de Elon Musk y que sería catalogado como una especie de ‘sumisión europea’ si lo hiciera cualquier líder europeo (un Macron, por poner un ejemplo)”. Por cierto, se nota también el silencio de quienes nunca critican a Rusia.

Es posible

Es posible criticar a Putin y a Netanyahu a la vez. Es perfectamente posible ver que los dos golpean sin piedad a población civil de maneras muy similares. Nada te impide alzar la voz, señalar la crueldad, la injusticia y el gasto militar de ambos líderes, salvo que tengas una ideología de mierda, claro, que no te deje darte cuenta. “Israel ataca en toda la Franja de Gaza y mata al menos 22 palestinos, diez de ellos niños”. Esto que leemos en Público es absolutamente injustificable, y quien defienda de manera activa o poniéndose de lado a Netanyahu y su gobierno ultra tendrá responsabilidad directa en cada matanza.

El junquerisme

Los partidos políticos son organizaciones complejas. Y hablo de partidos políticos tradicionales, esos en los que hay una argamasa ideológica, no los de aluvión o que se forman contra otro partido político. Así que vaya por delante mi respeto al proceso que está haciendo ERC, donde estará costando mucho asumir responsabilidades y tomar decisiones con un pacto de gobierno endeble en Catalunya. Un sector del partido, “el junquerisme”, pide celeridad: Junqueras es hoy el único candidato a liderar ERC y reclaman que su posible elección se celebre en septiembre, y no en noviembre como quiere la actual dirección, según El Nacional.

¿De quién es la culpa?

Por fin hoy el Athletic juega contra el Barça y Nico Williams lo hará de rojo y blanco. Después de un verano muy pesado, tanto que el tema ha llegado a aburrirnos, la realidad se ha impuesto: ni con todo el favor de todos los estamentos el club de Laporta ha podido reunir el dinero para intentar el fichaje. Humo. Puro humo. Y mucha mierda en las redes sociales, eso, también. No olvidamos, que quede claro. Precisamente en X, Rafa Cabeleira ha escrito una gran verdad: “Si llevas un mes diciendo que lo de Nico Williams está hecho no culpes ahora al club por no hacerlo, la culpa es tuya por decirlo”. Qué caída del guindo, “mare”.

Esto es importante

Por supuesto que es importante que un representante político vasco esté en la convención de los demócratas estadounidenses. Y por supuesto que quien elige a Kamala Harris como socia elige mejor que quien celebra las victorias de Maduro, no critica las acciones militares sobre población civil de Putin o felicita a Trump. No voy a entrar ni a discutirlo. La presencia de Andoni Ortuzar y Mikel Burzako en Chicago es relevante, mucho más que lo que estamos viendo en algunos medios vascos que no dudarían (y no han dudado) en dar cancha a representantes de otros partidos en eventos internacionales menos noticiosos.

¿Cómo no vas a ir con Harris?

En la campaña de hace ocho años representantes de Podemos, entonces un partido fuerte, nos aseguraban que Hillary Clinton era igual que Donald Trump. Unas semanas después supimos que Bildu envió una felicitación al republicano por su victoria. Esto ha sucedido y sigue sucediendo: EE.UU. es un país grande con un peso económico importante, por eso lo que ocurra allí nos afectará aquí, e ir con Kamala Harris (en EPE han hecho una buena semblanza sobre ella), desear su victoria (porque realmente no podemos hacer más) es casi una obligación, por mucho que el partido demócrata nos resulte conservador desde Euskadi.

Las palabras “fortaleza”

Precisamente en EE.UU. surgió una teoría del discurso que hablaba de palabras “maleta” (esas que van llenas de significado y movemos de un lado a otro) y palabras “fortaleza” (esas que se convierten en bastiones u objetivos políticos a derribar). Me he acordado de ella viendo el rifirrafe entre el PSOE, ERC y Junts sobre el Cupo, Concierto (palabras “maleta”) o como vayan a llamar a su nuevo sistema de relación con el Estado: los que han alcanzado el acuerdo necesitan su “fortaleza” que Junts, por supuesto, volverá a atacar después de la languidez de la defensa que ha hecho la parte socialista y que ha provocado la primera acometida.

¿Qué queremos?

Es evidente que Bilbao está lleno de manteros. Es evidente que esos manteros trabajan para mafias que hacen negocio con su explotación y sus dificultades. Es evidente que en Euskadi empatizamos rápidamente con esas chavalas y esos chavales del África subsahariana que vienen a buscarse la vida, mucho más que con otros colectivos. Es evidente que la policía tiene que hacer su trabajo, también golpeando a las mafias que usan a los manteros. Y es evidente que Bilboko Konpartsak se equivoca otra vez cuando asegura proteger a los manteros porque de ello se beneficia quien los manda a la calle a vender falsificaciones.

Hablar no cuesta dinero

Hablar no cuesta dinero. Pagar, sí. Por eso pasan estas cosas: “Deco negocia cuatro salidas del Barça para inscribir dos nuevos fichajes” (Culemanía). El equipo que el año pasado pudo fichar a seis jugadores activando palancas, de los que ha largado ya a cinco (solo queda Iñigo Martínez, curiosamente) y que este año quería pagar la cláusula de Nico Williams y mejorar su sueldo, no puede ni inscribir a Dani Olmo si no suelta lastre. Al final, no me cabe duda, lograrán inscribir y fichar a más jugadores porque la Liga que hace mucho tiempo que dejó de ser una competición justa ya ni se esfuerza en parecerlo.