Por qué es importante la libertad de expresión

Gracias a la libertad de expresión y a la de prensa podemos saber y decir que Arcadi Espada siempre fue tan imbécil como ahora se muestra aunque, durante mucho tiempo, fue uno de los autores de cabecera de la derecha (también de la derecha que se vestía de izquierda) y, como tal, fue defendido, ensalzado y sobrevalorado. Que escriba frases completas y con todas las tildes nunca le convirtió en dueño de una opinión que merezca el más mínimo respeto, y su ataque homófobo a Rufián, absolutamente injustificable, aprovechando que Aznar pasaba por Madrid, le retrata.

Aznar marcó el nivel

Estoy seguro de que José María Aznar regresó a su casa eufórico, convencido de que había aplastado a cada uno de sus rivales, seguro de que su plan había salido a la perfección y sus respuestas preparadas a Rufián y Matute habían funcionado. Luego leyó a Arcadi Espada y, seguramente, le entraron ganas de que alguien le hiciera lo que el columnista de El Mundo describía así: “Rufián, la polla, mariconazo, cómo prefieres comérmela: de un golpe o por tiempos”. Pero la realidad es que Aznar marcó el nivel y Rufián solo lo subrayó: un nivel mínimo por lo poco que aportaron todos.

Entonces, ¿para qué le llamaron?

Aznar compareció en una comisión del Congreso para que Gabriel Rufián, Pablo Iglesias o Toni Cantó pudieran enfrentarse dialécticamente con él. Los tres estaban a otras cosas cuando mandaba el del PP, convertido hoy en un icono de la derecha de la pulserita, el Macallan y los contactos de papá que me harán ganar dinero hasta tener mi propio velero. Pero la realidad es que de la colección de intentos de lucimiento a la que asistimos no hemos sacado nada como sociedad. Javi Vizcaíno lo tuiteó mejor que nadie: “¿Hace falta una comparecencia para certificar que Aznar se la pela todo?”.

Los medios que no controlan

Teresa Rodríguez se ha metido en un buen jardín con su crítica a Canal Sur que, está claro, no le gusta. Pero tampoco le gusta El País que, según ella, no ha plasmado correctamente el sentido de su respuesta. Así que, ni públicos ni privados, todos los medios sobran hasta que difundan los contenidos como le gustan a Rodríguez. No exagero: son muchas las quejas de Podemos porque las cosas no aparecen tal y como les gustaría, pese a que sin la televisión hoy los de Pablo Iglesias no serían nada. Me da en la nariz que no es el modelo, en definitiva, es el control. Allí y aquí.

Los fascistas, a la calle

Angela Merkel es un personaje que siempre me ha generado frialdad. Ni siquiera su imagen de mujer fuerte ha conseguido que genere algo de simpatía hacia ella. Solo aquella foto en la que parecía poner firme a un Trump infantilizado consiguió ablandarme un poco. Hasta hoy, que me cae notablemente mejor porque, según El Confidencial, ha cesado a Hans-Georg Maassen por su proximidad a la ultraderecha alemana, aunque seguirá en el gobierno. Maassen había intentado quitar hierro a una cacería de extranjeros que la propia Merkel había condenado públicamente. Lo del fascismo ya no es ninguna broma.

Rajoy hace que el proceso vibre

Si cuando el parlamento catalán lanzó el procés (y cerró el propio parlamento) me lamenté de falta de sensaciones positivas después de lo vivido, es evidente que esta semana ha cambiado todo y que también todo es posible gracias a España. “La torpeza y la maldad del gobierno español han regalado al Procés la épica que necesita cualquier camino a la independencia”, tuiteaba con acierto Javier Vizcaíno. Rajoy y los jueces han hecho que todos vibremos por Catalunya.

La cordura que falta en Madrid

¡Bendita ausencia la de una mente lúcida como la de Julia Otero en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial españoles! La periodista se manifestó así después de las detenciones de altos cargos del Govern: “Qué error. Qué inmenso error. Prepárense para el resultado electoral que vendrá después del No referendum”. 10.000 personas reaccionaron positivamente ante el comentario en Twitter. España ha hecho que ahora todo sea posible en Catalunya. Hasta la independencia.

Puigdemont aprovecha la torpeza

¡Y hace bien! ¿O qué esperaba el gobierno de Rajoy, que se amilanasen gobierno y ciudadanía catalanas? Todo lo contrario: Carles Puigdemont se envuelve hábilmente en la épica que le han tejido desde Madrid y lanza mensajes atinados que dibujan un poder político español de ultratumba: “No vamos a aceptar un regreso a los tiempos más oscuros. El @govern está a favor de la libertad y la democracia #1Oct” (sic). Gracias, España, por hacer tan bien esta campaña.

Que todo sea así

Era la foto para Xabier Lapitz y para la mayoría: el vehículo de la Guardia Civil “repintado” con senyeras, esteladas, carteles que reclaman democracia y que piden el “sí”. Y será una de las imágenes de este procés junto con la de la Guardia Civil entrando en los edificios del govern para sacar esposados a altos cargos por tener la intención de escuchar a su ciudadanía. Una parte por lo menos ya ha hablado con una resistencia positiva ante la negación constante.

¡Hasta me he reconciliado con el Barça!

Esta semana ha sido tan desacertada para los poderes españoles que hasta me he reconciliado con el FC Barcelona. La entidad que preside Josep Maria Bartomeu se ha posicionado claramente a favor de que la ciudadanía catalana pueda expresarse y en contra de quienes quieren impedirlo, respetando la pluralidad de su masa social, que será representativa de la de toda Catalunya. Para mí el conflicto es así de simple y por eso tomar la decisión de con quién ir es tan fácil.

Pues yo tengo mis dudas

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En este momento que vivimos, tan difícil para el periodismo, pendiente de qué resulta indignante para esa parte de la sociedad que se manifiesta en Twitter y que siempre está dispuesta a indignarse, después de leer dos veces la pieza de InfoLibre tengo mis dudas de que, realmente, lo del fiscal Anticorrupción, Manuel Moix (heredar junto a sus tres hermanos una empresa radicada en Panamá cuyo objeto era ocultar la propiedad del chalé de sus padres), sea algo más grave que una evidente falta de decoro.

Y no defiendo a nadie

Lo que han leído en el párrafo anterior no es una defensa a Moix, ni mucho menos a Pedro J. Ramírez, siempre dispuesto a dar la versión del poder dominante mientras nos vende no sé qué rollos de la revolución del periodismo en Internet. Pero a menos que haya algo más, que esa empresa haya servido para evadir impuestos (él asegura haber abonado con sus hermanos todos los correspondientes como heredero), me cuesta contribuir a la cultura del escándalo diario.

Dejamos que otros decidan la noticia

La moción de censura de Pablo Iglesias, para Pablo Iglesias, por Pablo Iglesias, es perfectamente útil para explicarme: una noticia que no lo es, porque la moción no saldrá, que hay que contar como quiere el partido que mejor responde a los “indignables”. Pero lo hacen bien en El Independiente: la realidad es que Podemos quiere desgastar al PSOE, y no hacer frente al PP. No podemos dejar que nos digan cómo es la noticia, por muchas menciones que nos hagan en Twitter.

Elevamos el detalle

Y si el PP tuitea una tontería y luego borra el tuit nos enredamos como un gato pequeño con un ovillo de lana. Empezando, por supuesto, por esta misma columna. Los de Rajoy y Alonso tuitearon: “Puigdemont quiere hacer un referéndum en lugar de escuchar a los catalanes”, y la jaimitada hay que señalarla y denunciarla en Twitter, como hace Javi Vizcaíno. Pero lo que tiene que abrir portadas on-line y en papel, y columnas, es la violencia machista que ha generado tres nuevos asesinatos.

No nos toméis por tontos

Para reivindicarnos, para no caer en la espiral del escándalo, que ha sustituido hace tiempo a la del silencio (la coacción ahora te lleva a señalar, a retuitear, a compartir, a gritar: “¡Mira qué zasca!”), es importante que no dejemos que nos tomen por tontos, que es justo lo que hacen en la Barcelona futbolística a los del Athletic: ¿alguien se cree que Valverde y el Barça han hablado por primera vez y cerrado un acuerdo en 48 horas? ¿Y por qué quieren que traguemos con ello?

Lecciones da quien puede

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Una vez más, Javier Vizcaíno expresó con las palabras adecuadas lo que yo andaba barruntando: “Si te has pasado la vida vulnerando los derechos humanos a saco o aplaudiendo las vulneraciones, en un día como hoy, pocas lecciones”. Se refería al pasado sábado, Día en el que conmemorábamos la Declaración de los Derechos Humanos. Supongo que Vizcaíno habría visto los mismos tuits que yo, en las que quienes no se han mostrado contrarios a asesinatos, secuestros ni persecución, ponían deberes a todos los demás como si nada.

Telebasura

Javier Lacort da hostias como panes en Hipertextual a “El padre de Caín”, la miniserie sin vergüenza que Telecinco emitió a partir de la novela de Rafael Vera, el del GAL, el condenado, el ministro socialista que salió de la cárcel y escribió para exonerar a Galindo y los suyos… Que Mediaset le ha comprado sin rubor, con estupidez infinita o con intenciones que no le corresponden a la cadena del Gran Hermano. “Una historia parcial protagonizada por dos guapos” es el calificativo más suave de un post muy recomendable, sobre todo, en España.

Son las cosas de comer

Caí de casualidad en la entrevista a Mónica Oltra en LaSexta, justo en el momento en el que explicaba lo que OK Diario había publicado sobre las cuentas de Compromís: Oltra decía que no se trataba de contabilidad opaca. Agárrense: el partido valenciano solo paga a quienes trabajan en sus campañas cuando reciben, a posteriori, la subvención. Si retrasan durante meses el pago a empresas y trabajadores puede que no tengan deudas con los bancos, pero sí juegan con ventaja sobre otros partidos que piden préstamos para abonar lo que deben y luego arreglarse cuando cobren.

Cuando toca pasarlo mal

No he escrito nada del caso de Nadia, su padre y su madre hasta hoy. Y no lo hago para opinar sobre lo que decide hacer un progenitor ni para aventurar el por qué: siempre he llevado muy mal la vergüenza ajena, y tienen que estar muy sonrojados el resto de familiares de la niña enferma, otros padres que hacen campañas honestas para recaudar fondos únicamente para sus hijos… Y los periodistas que han dado aire a una historia que ahora hasta al menos avispado le parece sospechosa.

¡Es el formato!

¿Por qué las ventas de música en vinilo podrían superar en ingresos a las que se hacen por medio de descargas en el Reino Unido, como anuncian en Yahoo Noticias? Dar con la respuesta adecuada puede poner en vías de solución negocios que llevan mal su adaptación a “lo digital” como el de la prensa. Yo estoy convencido de que tiene que ver con el formato: a una canción descargada en el teléfono le falta olor, portada, libreto, fotos, letras y contexto. Ojo, el precio de la música en el Reino Unido, proporcionalmente más bajo que en Euskadi, igual también tiene que ver.

De Linkedin a Snapchat pasando por el sentido común

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«Hoy se cumplen 25 años del ‘Smells like teen spirit’ de Nirvana. Lo siento, ‘chavales'». El tuit (de esta semana) no es mío, es de una cuenta que les recomiendo seguir: Puerta de Tannhäuser. Si entienden el chiste del nombre, supondrán de qué va. Pero vuelvo al asunto que me ocupa en este arranque: el tiempo pasa y los que conocimos los años dorados del grunge ahora estamos pasando por una fase Peppa Pig. ¿Quieren más ejemplos? Una experta en marketing on-line, una de las mejores profesionales con las que yo he trabajado, me contaba cómo, siendo la tía enrollada de la familia, se quedó planchada cuando un sobrino le recomendó un grupo de música, ella le pidió que le pasara «el CD» y él prácticamente respondió que qué era eso. Spotify y Netflix van a fulminar los soportes plásticos y, lo que es peor, las canciones que tienen sentido en un contexto creativo, y hasta los libretos con fotos, letras y agradecimientos.

Tendré una cuenta en Twitter, y hasta una galería en Instagram, pero me hago viejo, «chavales»: no entiendo qué aporta Snapchat, la red social que los más jóvenes considera «propia». Fíjense en lo que tuiteaba este mismo fin de semana Javi Vizcaíno: «Mi hijo: ‘Sabrás que me estoy haciendo muy viejo cuando veas que me abro una cuenta en Twitter’. #TomaHostia». No hace falta que les cuente más ante una evidencia de tal calibre.

Insisto en que no entiendo ni me manejo en Snapchat, por lo que no estoy del todo seguro de haber buscado bien, pero creo que no he encontrado a ninguno de los candidatos a lehendakari haciéndose pasar por jóvenes y haciendo, por consiguiente, el ridículo. Sinceramente, me reconforta: no estamos en tan malas manos. Todos parecen haberse centrado en lo obvio: Facebook, Twitter e Instagram por medio de sus partidos. Ya no hace falta ni hablar de YouTube (del fenómeno youtuber prometo que escribiré en una columna específica), porque las tres plataformas permiten subir y consumir vídeos de manera «nativa». Lo que está muy bien para el «fan», pero es una señora puñeta para el community manager: el mismo archivo de vídeo hay que subirlo (y titularlo, añadir una descripción, etiquetas e imagen de portada) a cuatro sitios distintos. Algunos a esto lo llaman «avance». Y en Internet están «los listos».

Pero hay más plataformas que han pasado a mejor vida (por suerte): Linkedin es hoy «la cuarta» red social. Flickr, que sigue siendo mi favorita (ya les he avisado de que están leyendo una columna sobre Internet escrita por un viejo), no pasa de «repositorio». Los blogs son para los románticos. Foursquare es un caso de estudio de cómo una empresa de éxito decide equivocarse. Decir «Pinterest» sin descojonarte de la risa es casi imposible (este es un chiste para el gremio) Y Tuenti ni siquiera existe. Y así han decidido nuestros políticos que sea, porque en los equipos de campaña, por suerte, hay profesionales de la comunicación encargados de las redes sociales, en vez de frikis (que los he visto con mis propias gafas). ¿Cuál es la contrapartida? El diseño, las actualizaciones pautadas y programadas, o la espontaneidad medida. Les seré sincero: nunca me han gustado las sorpresas y, por suerte, ya tengo la edad suficiente para reconocerlo.