Yo lo voy a intentar

Donald Trump está en su derecho de rodearse de gilipollas y de tomar decisiones totalmente equivocadas. Y yo estoy en el mío de hacer boicot a los productos estadounidenses. Y lo voy a intentar. Evidentemente, con el trabajo que tengo, va a ser difícil: encontrar alternativas a X o Instagram es difícil. ¿La china TikTok es mejor? La alternativa a WhatsApp es rusa: Telegram. Algo podría hacer con el mail, pero llevo 12 años pagando a Google por servirme el mío. Mi página web está en WordPress y la red social a la que más tiempo he dedicado (18 años) es Flickr. Con todo, insisto: yo lo voy a intentar.

Siempre presente

Xavier Tomàs, uno de mis analistas políticos de cabecera, ahora en Bluesky, ha resumido muy bien “cuatro paradojas básicas” que definen nuestro tiempo: damos por hecho la democracia y la paz, también damos por hecho que algunos poderes contrarrestarán al político, buscamos soluciones simples y creemos que los más listos siempre están en el bando bueno. Nada de esto es cierto, lo estamos viendo: Putin y Trump son un riesgo para la paz y la democracia, están legitimados por las redes sociales y los poderes económicos, sus soluciones les sirven solo a ellos y las mentes más hábiles también están hoy a su servicio.

Los principios

Un compañero que sabe mucho más que yo me dijo el pasado viernes una frase estupenda: “Final solo hay uno, todo lo demás son principios”. Seguramente, la frase me gustó porque llevo años convencido del valor que tiene tener unos pocos principios firmes y basados en la bondad para, sobre ellos, construir. Sobre lo que no podemos construir es sobre esta inmundicia: “Un 65% de los israelíes apoya la limpieza étnica de Gaza. El colapso moral de un estado que se creó como respuesta a otra limpieza étnica, la de los judíos de Europa, es estremecedor” (Javier Espinosa en Bluesky).

Segunda parte

Precisamente por haber traicionado sus principios Enrique Dans cree que “el descenso a los infiernos” de Elon Musk es más pronunciado. Vende coches eléctricos para personas concienciadas con el medio ambiente y forma parte de un gobierno que apuesta por la contaminación. Y tiene una compañía para facilitar el acceso a Internet en espacios con más dificultades (desde la Ucrania invadida a países con pocas infraestructuras) y forma parte de ese gobierno que ha entregado Ucrania al invasor ruso y que va a ahondar en las desigualdades para beneficiarse económicamente.

Hemos venido a pasarlo bien

Soy consciente de que esta columna es un poco agria y de que tengo que redimirme. Y lo voy a hacer con esta web: itizso.itch.io/retrofab. Ya sé que parece un galimatías pero merece la pena escribir con cuidado cada letra y punto, y la barra, en el navegador de un ordenador (si no, en Microsiervos han puesto el link). Se trata de una web que recoge todas las “maquinitas” a las que hemos jugado o hemos visto jugar. Esas básicas con una cruceta y uno o dos botones, que hacía que nos arremolinásemos durante el recreo alrededor de quien había sacado una al patio. Cero nostalgia: la jugabilidad en la web es una maravilla.

Los negocios no se hacen solos, hay que hacerlos

“Trump y Musk acuerdan que SpaceX rescate a dos astronautas estadounidenses ‘abandonados en el espacio’ por la Administración Biden”, leo en Voz.us, la web del trumpismo en castellano. Ya sabíamos que Butch Wilmore y Suni Williams estaban alargando su estancia en la estación espacial internacional por que la nave de Boeing (competencia de Elon Musk) había tenido problemas para llegar a ellos, pero no parece que estén abandonados cuando hemos leído sin problemas sobre su situación. Una situación que es una oportunidad de negocio y reputación para SpaceX, propiedad de Elon Musk. Los negocios no se hacen solos.

Un libro de instrucciones para volver a desarrollar a humanos

Parece esta una columna de ciencia ficción más que de Internet, pero no podía dejar de escribir sobre esto que he encontrado en Microsiervos (dónde si no): en la Universidad de Southampton hay “una especie de copia de seguridad de la humanidad” para “que alguna futura inteligencia biológica, robótica o IA pueda interpretar los datos”. En concreto es un cristal de silicio que ahora “se ha guardado en una cápsula del tiempo” en Austria con “las aproximadamente 3.000 millones de bases del genoma humano, cada una secuenciada 150 veces para garantizar su exactitud”.

Es normal

Ya que me he metido en Honduras acabo en Tegucigalpa, como el viejo dicho: “Star Wars pasa por el peor momento de su historia”. Vaya, es normal: como consumidor de ciencia ficción desde que tengo uso de razón reconozco que lo último que he visto (durante los últimos 15 años) del universo Star Wars es una castaña. El arranque de “Tripulación Perdida”, de consumo familiar ya, me ha parecido esperanzador, pero es evidente que la franquicia está fatigada y la audiencia, más, según Espinof, porque su éxito “estaba en su escasez” y los nuevos productos no han sabido “mantener su condición de evento”.

Las modas

Esta columna tiene poco sentido, lo sé, pero a veces salen así. Voy ahora con las modas que dictan los reels de Instagram o TikTok: la misma persona que se compró una Cocotte, la Thermomix, la air-fryer, la cafetera con la que pesar, moler y hacer un café, tiene ahora en su casa sartenes de acero inoxidable. Y como dice David de Jorge, está “jodiendo los lomos de merluza y las tortillas” (Huffington Post). El cocinero (que nunca ha sido uno de mis favoritos pero al que doy la razón) lo tiene muy claro: “Vuelve a las antiadherentes”. Más allá de los consejos de cocina, lo de las modas consumistas merece, como poco, un Pantomima Full.

Neymar era la novela

Desde que hago este repaso diario en Internet he encontrado a varias personas sobre las que he pensado: “¡Qué pena que no se me haya ocurrido como personaje de una novela!”. El Pequeño Nicolás, Sandro Gozi o Neymar con mis favoritos, sin duda. Ahora el futbolista “rescinde con el club saudí Al Hilal y regresa al Santos doce años después” (Iusport). Un final casi poético para una carrera deportiva muy llamativa pero que deja insatisfechos a todos menos a él. Y en ese requiebro es donde me quisiera perder. Sin embargo, sé que esto acaba de empezar, que Neymar va a seguir siendo un personaje de novela irresistible.

Seguidismo y «sortismo»

Me han sorprendido tres cosas del anuncio que hizo Bildu el domingo sobre la propuesta para su “mesa política”. La primera, el seguidismo: esperaron al anuncio de Andoni Ortuzar el sábado para confirmar que Arnaldo Otegi iba a seguir liderando el proyecto de Bildu. La segunda es que las diferencias entre Bildu y Sortu es ya solo la presencia de exjefes de ETA. La presencia de Eba Blanco y Oskar Matute es, literalmente, un pie de página. Su aportación, a todas luces, es legitimar a la izquierda abertzale más tradicional que les aplasta. Y la tercera, que son las y los mismos de siempre un poco más viejas y viejos, se pongan como se pongan.

Algo está cambiando

La respuesta del departamento vasco de Educación ante las huelgas en la enseñanza pública, y la del Athletic ante el chantaje de los que dicen que son la grada popular, tienen algo en común además de casi el mismo tiempo de emisión: sabemos por fin lo que tienen quienes reclaman más, y vemos a las instituciones ponerse de frente a los sindicatos o el grupo de presión de turno para explicar a la ciudadanía el esfuerzo que ya estamos haciendo las y los contribuyentes y las y los socios, en cada caso. Solo espero que esto empiece a normalizarse y que dejemos de atender las reclamaciones como si nadie hubiese actuado antes.

Si le viene bien a Trump…

Trump ha arrasado en las elecciones y el partido republicano ha ganado gracias a su tracción. Está en su mejor momento de popularidad. Es el señalado para acabar con el movimiento woke y lo políticamente correcto, y su política insolidaria es el modelo a seguir para los populistas del mundo. Pero nada de lo anterior tiene por qué ser positivo. Así que si el bitcoin se dispara gracias a él es porque las criptomonedas necesitan a irresponsables a los mandos. De la misma manera, TikTok vuelve a funcionar en EE.UU. porque a Trump le viene bien que exista. Y lo que le viene bien al político del color de los risketos es malo para las y los demás.

Nos devoramos

El mito romano de Saturno, que devoró a varios de a sus hijos para seguir reinando, se ha quedado viejo: ahora nos devoramos a nosotros mismos. Me refiero a las y los periodistas pero también a las y los lectores (o quienes oyen podcasts, me da igual). Voy a poner un ejemplo muy poco relevante pero muy significativo: hace solo unos días el Real Madrid era un equipo en crisis y, hace unas semanas, Mbappé, un jugador que no rendía: hoy hablamos del equipo líder de la liga y de su jugador más en forma. Y en política hacemos lo mismo: devoramos los temas y a los personajes, y los malos celebran que no tengamos memoria.

Solo es una campaña

Este Blue Monday ha pasado bastante desapercibido, por suerte. Seguramente, los rayos de sol que nos han bañado han ayudado a que hagamos menos caso a esta operación de marketing. Así lo definen en Microsiervos: “Una invención de Porter Novelli, la empresa de relaciones públicas”. Así que Cliff Arnal, el investigador de la Universidad de Cardiff al que se atribuye el “hallazgo” (las comillas son mías, no vienen en el texto), “se limitó a firmar la tontería que le propusieron desde la agencia”, según el blog. Lo que no dicen en la histórica bitácora (que fue la más leída en castellano durante años) es qué querían vender.

Genocidio

“Amnistía Internacional concluye que Israel está cometiendo genocidio contra la población palestina de Gaza”, así de claro. “Mes tras mes, Israel ha tratado a la población palestina de Gaza como un grupo infrahumano que no merece derechos humanos ni dignidad, demostrando así su intención de causar su destrucción física”, y lo ha hecho “plenamente consciente del daño irreparable que estaba causado a la población palestina de Gaza”. En resumen: “Israel impuso en Gaza unas condiciones de existencia que generaron una mezcla mortal de desnutrición, hambre y enfermedades”. Me ha quedado claro.

El caos

No lo celebro, no me parece una buena noticia, no le veo nada bueno a que caiga un gobierno 91 días después de que haya andado a rodar. Tampoco creo que sea positivo que toda la oposición se haya unido. Miedo me da algo en lo que puedan estar de acuerdo los extremos. Dicho esto: ¿tiene culpa Macron y el gobierno que envió a una misión tan complicada? Posiblemente. Y en la pregunta y la respuesta que acabo de hacer hay un recordatorio: solo Pedro Sánchez es capaz de lo que hace Pedro Sánchez. El presidente francés le ha imitado, claramente, con una convocatoria electoral “flash” y un rumbo a bandazos, y se ha ido a pique.

Gracias a Trump

No he invertido en bitcoins. Ya lo sé: lo que me estoy perdiendo. La especulación de los listos, el valor en el que invierten los que saben y los que no tienen miedo. Los criptobros tenían razón. Pues bueno, pues vale, pues me alegro. En esta sociedad de mierda que genera beneficios extraordinarios y ultrarricos imbéciles, los bitcoins funcionan y molan. Personalmente, me resulta preocupante que, además de lo expuesto, estemos hablando de un refugio de capitales que mejora con el ascenso de un tipo como Trump. Del ingente gasto energético y su impacto en el planeta no hablamos porque eso es de losers, y esto va de tiburones.

Una buena explicación

No soy un negacionista, ni siquiera cuando hablo de bitcoins. No me gustan y no acabo de entender su funcionamiento aunque me esfuerce: precisamente por el subidón que ha pegado esta moneda virtual en Microsiervos han escrito un buen post explicando algunas mecánicas. “La cantidad máxima de bitcoins que pueden existir está limitada a 21 millones. Ya se han minado (emitido) 19,7 millones pero solo se minan unos 450 bitcoins al día”. Los bitcoins son “algo práctico principalmente para manejar grandes cantidades de dinero o atesorarlo”. “Todos estos procesos son todavía complicados y tienen mucha fricción”.

Esto lo entiendo menos

Es más fácil entender cómo funcionan los bitcoins que al alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, que ha anunciado que no dará más ruedas de prensa. Cuando tenga algo que decir grabará un vídeo y lo subirá a YouTube. Por supuesto, así nadie le hará preguntas. “La verdad no necesita intermediarios” (Público), dice el de Democracia Ourensana. La verdad, a veces, lo que necesita es que la digamos los de la prensa, ese enemigo que señalan quienes no se enteran: en una sociedad sana la prensa controla al político. Así funciona porque es lo mejor para la sociedad (y no necesariamente para el político).

¿Se cree el «Patriota» de ‘The Boys’?

Ojo a este tuit y su respuesta: “La compra de Twitter por parte de Elon Musk se convierte en el peor negocio para la banca desde la gran crisis de 2008. Las pérdidas potenciales de la red social ya superan los 2.000 millones de dólares”, según Al Descubierto. Pero Miguel García Álvarez respondía con otra clave: “La compra de Twitter no fue una compra para logar beneficios directos, fue una compra para influir y controlar la narrativa y la conversación en Internet. Fue una forma de intervenir para imponer una visión del mundo. Un coste del 1% del patrimonio de Musk es una ganga”. ¿Acaso Elon Musk se cree el “Patriota” de ‘The Boys’?

No lo hizo solo

En Wired hemos leído esto otro sobre X, también, interesantísimo: “Un tribunal californiano ordenó la publicación de la lista de inversionistas que apoyaron la adquisición de Twitter”. “Entre los nombres más conocidos está el de Jack Dorsey, cofundador y ex CEO de Twitter, quien anteriormente había criticado duramente las acciones de Musk. También figuran en la lista el príncipe Alwaleed bin Talal al Saud, de la familia real saudí, e importantes empresas de inversión como Baron Opportunity Fund y Andreessen Horowitz. También hay exponentes del star system como el rapero Sean ‘Diddy’ Combs”.

Son responsables

¿Sabían Dorsey, el príncipe saudí, los inversores y el rapero que el plan de Musk no era ganar dinero sino favorecer una ideología ultraconservadora y friki? Ahora que todas y todos lo sabemos y que el negocio parece ruinoso, ¿van a desinvertir o reclamar algún tipo de compensación a Musk? Si no lo hacen seguirán siendo responsables de noticias como la que tuiteaba John O’Brennan en una respuesta, precisamente, a Elon Musk: El 83% de las reclamaciones de gobiernos autoritarios para censurar cuentas en X han sido admitidas. Yo lo que veo son motivos de sobra para abandonar esta red social.

El gran negocio de Musk

El gran negocio de Elon Musk, el que le reporta beneficios millonarios con los que sufragar sus cruzadas ideológicas, no es X, evidentemente, tampoco Tesla, sino Space X. Su empresa de cohetes va como eso, un cohete: “La decisión está tomada: Space X rescatará a los astronautas de la NASA y la nave de Boeing volverá vacía” (Xataka). La empresa aeroespacial es ya un proveedor habitual de la NASA y, además, posee una tecnología única que le permite recuperar y reutilizar las diferentes partes de las naves varias veces. En la NASA, que es pública, también saben a quién enriquecen, ¿debería de importarles?

Qué inteligencia artificial buscamos

Resulta muy interesante observar el ranking que hace Andreessen Horowitz con las 50 inteligencias artificiales más usadas, y que recogen en Microsiervos. Parece que buscamos “herramientas creativas para fines específicos, como la generación y edición de contenido: imagen, video, música, etc.”. A las otras IA, esas con las que podemos conversar, empezamos a darles un uso significativo “reemplazando con sus consultas a la tradicional pregunta a Google”. Esta es la tercera vez que Horowitz publica este ranking, en el que se ha mantenido al frente todo el tiempo ChatGPT. Por detrás se sitúan Perplexity y Claude, y sube Copilot, de Bing.