La muestra

Esto que Jon Arregi cuenta en X es la mejor muestra de lo que es la España institucional hoy: “Qué detallazo que el Rey de los españoles haya montado al Presidente de Alemania… en uno de los Rolls Royce de Franco. Lo más apropiado para alguien que va a visitar Gernika por el bombardeo nazi. ¡Al menos no era el coche que regaló Hitler a Franco!”. Una España institucional en la que, por la foto, parece que nadie ha caído en la cuenta de que el descendiente del impuesto por Franco como su sucesor viene a Gernika a hacer de anfitrión, como si la Legión Cóndor no hubiese lanzado las bombas a favor del franquismo.

La realidad

El tuit de Gabriel Rufián en el que afirma: “Si no fuera por Podemos, Bildu y ERC, hoy estaría gobernando Albert Rivera…”, tiene 125.000 reproducciones, que estaría muy bien si fuese verdad. Betagarri anduvo vivo, tiró de memoria, de Google y puntualizó: “ERC y EH Bildu se abstuvieron” mientras otros partidos, como el PNV, sí se manchó las manos contra “los Riveras, Casados y Abascales”, votando a favor de la investidura de Pedro Sánchez. Ahora son ERC y Bildu, precisamente, los colaboradores favoritos del PSOE, porque le regalan sus votos (que de poco valen sin los del resto) a cambio de un poco de atención en la tribuna.

La contradicción rusa

Si el apoyo de Donald Trump al plan de Vladímir Putin no es señal suficiente del tipo de ideología que gasta el imperialista (los dos gastan la misma), esto tiene que abrir los ojos a algún romántico desnortado: “La izquierda radical española defiende al Kremlin… El Kremlin encierra a la izquierda radical rusa… pero permite a la Falange Española desfilar con sus banderas por San Petersburgo”. Lo tuitea Ricardo Marquina, periodista en Rusia, junto a las imágenes del desfile con la bandera española. “Los imbéciles de nuestro tiempo son legión”, concluye categórico. Hablar con su crudeza me temo que es necesario.

Y la española

Hace unos días traía a esta columna la pieza en Diario Socialista sobre que “la EHU mantiene activos al menos 14 proyectos de investigación vinculados a Israel”. Hoy traigo esta otra en Vozpópuli: “Óscar Puente compra material de seguridad israelí a la empresa vetada por Interior y Defensa”. En ambos mi argumento es el mismo: es muy difícil prescindir de las empresas estadounidenses o israelíes, a nivel de usuario, y a nivel institucional, porque su tecnología, muchas veces, es simplemente insustituible. Lo que sobran son los maximalismos, el reduccionismo y, sobre todo, el populismo.

De esto va el negocio

Escribo una columna casi a diario en este periódico desde 2009 y soy consciente, desde el primer día, de que llegará un momento en el que la directora o director de turno me dirá que se acabó, por el motivo que sea: por cansancio, porque mi opinión ya no gusta, porque he metido la pata o porque me hago viejo. No pasa nada. Así lo siento y así no entiendo los golpes en el pecho y las prendas desgarradas de las y los opinadores que tienen que abandonar su espacio. Esta semana se queja Elisa Beni en X porque ya no escribirá en El Diario. No voy a entrar en los motivos porque la única opinión que importa, lo lamento, es la publicada.

¿Qué pasa cuando buscas “Arnaldo Otegi” en Linkedin?

Me hago mayor y reivindico mi derecho a ser tratado como un señor de 45 años que no quiere tardeos ni prepararse para una media maratón. Pero otros también se hacen mayores: las últimas entrevistas de Arnaldo Otegi nos dejan una referencia a las series policiacas suecas para que averigüemos su modelo policial y, el lunes, otra referencia al Linkedin de Mikel Mancisidor para conocer su nivel de euskera. Con esto último sí me picó la curiosidad: ¿qué pasará cuando buscas “Arnaldo Otegi” en Linkedin? Nada. No pasa nada. Porque no hay mejor manera de no entrar en una puerta giratoria que no dejar nunca de la política.

Boicot a Israel

Leo en Diario Socialista que “la EHU mantiene activos al menos 14 proyectos de investigación vinculados a Israel”. Pero, ¿cómo puede ser esto? ¡A ver si romper con Israel no es tan fácil en instituciones complejas! En esto, entiendo al equipo rectoral: incluso para un usuario básico de servicios on-line es difícil deshacerse del abrazo del oso que dan países como EE.UU. o Israel. Así que puedo comprender que los tentáculos de estos estados, que impulsan la industria tecnológica, sean largos, se enrosquen y sean difíciles de cortar, como los del Kraken de ‘Piratas del Caribe’. Puedes entenderlo o puedes hacer populismo, es una elección.

El contexto

La decisión del departamento vasco de Seguridad de dar a conocer las áreas geográficas de los delincuentes en la CAV también me invitó a preguntarme: ¿valen los consensos de hace 25 años (no publicar la nacionalidad de los delincuentes) hoy, con la extrema derecha, fuerte y la inmigración, multiplicada? Yo creo que el dato de la Ertzaintza necesita otros como este: “Euskadi cierra octubre con 104.548 personas de origen extranjero afiliadas a la Seguridad Social”. Por sectores: “Hostelería, comercio, cuidados y construcción concentran la mayoría”. Lo tuitea Xabi Legarreta, viceconsejero vasco de reto demográfico.

La que sobra

La que sobra, por cómo engorda a la extrema derecha, por cómo llena de guano la política, por cómo manipula e instrumentaliza, por cómo extiende la idea de que es posible odiar todo lo que no se entiende, es Isabel Díaz Ayuso. Así resume el Euskadi-Palestina del pasado fin de semana: “Bajo el pretexto de la paz llaman a la kale borroka”. Cualquiera en nuestro país sabe que no fue así, que, de hecho, nada tuvo que ver la fiesta de la reivindicación y la jornada de solidaridad con el pueblo palestino, con la kale borroka… salvo para un grupo de la izquierda abertzale que solo representan a los de su ideología.

El ridículo

La verdad es que el título de este párrafo me valía para alguno de más arriba, pero lo he reservado hasta esta noticia en la web de la CNN: “Rusia presentó un robot humanoide con inteligencia artificial en un evento tecnológico, pero la máquina se cayó de bruces en mitad de la demostración, mientras el personal en el escenario se apresuraba para estabilizar a AIdol”. Esto, en un país europeo, no pasaría de ser un ridículo, pero, ojo, tratándose de Rusia me preocupa la integridad de ese “personal” que no ha logrado el objetivo propagandístico. Y no hay ni una brizna de ironía en mis palabras porque sé distinguir el bien del mal.

A veces hasta tengo ganas

Leo en La Voz de Asturias que el filósofo Byung-Chul Han ha dicho: “Tengo la esperanza de que colapse el sistema y esto va a pasar pronto”. Lo reconozco: a veces yo también tengo ganas. Cuando veo a Trump, cuando veo a Netanyahu, pero también cuando veo a Santiago Abascal o Pello Otxandiano. Personas que no tienen problema en vincularse con el mal pero se ofrecen como solución a los problemas aupados por colaboracionistas poco recomendables. Sigo mirando y veo a los ultrarricos, a los criptobros y al vecino que pide que le envíen a casa todo lo que necesita, y cualquier civilización alternativa me parece mejor.

¿Por qué iban a hacerlo?

Nuestras sociedades (sí, también la vasca) están tan podridas por dentro que esto sucede sin consecuencias: “Vox Aragón se niega a cesar a su alto cargo que difundió mensajes nazis” (Diario Socialista). Pero no me refiero a lo obvio: el problema no es que Vox tome medidas contra Marcos Franco, que ha publicado “mensajes racistas y en contra de los judíos” (lo segundo, como muchas personas de izquierdas). El problema es que exista un partido como Vox, que la gente le vote y, lo que me parece más importante: que Pedro Sánchez prefiera confrontar con Abascal para despreciar a Feijóo aunque esto suponga cebar a la bestia.

Sabemos que los matan

Todas las semanas EE.UU. asesina a alguien en el mar, según Donald Trump, que hace los anuncios, son narcotraficantes que salen de Venezuela para intentar colar droga en su país. Los matan. De eso estamos seguros porque lo cuenta el presidente y quienes lloran los asesinatos (¿qué son si no?): “Familiares de personas asesinadas por EEUU en el Caribe denuncian que sus seres queridos eran pescadores y no narcos” (Público). Lo que cualquiera puede preguntarse es: si las autoridades gringas localizan un barco con la precisión como para lanzarle un misilazo, ¿no pueden seguirlo hasta la costa y rodearlo con doscientos policías si hace falta?

Un país fallido

Nuestra civilización capitalista liderada por EE.UU. toca a su fin. Todo apunta a que la dictadura china y las árabes formarán la nueva hegemonía, pero yo sigo apostando por un renacer de Europa por el mismo motivo por el que tengo una Pentax: porque soy un idealista. Sea como sea, debemos tener claro que la caída de los gringos será solo responsabilidad suya. Aquel es un país fallido, el modelo a no seguir: “Empleados federales hacen fila de una cuadra para recibir alimentos, mientras el cierre de Gobierno llega a su tercera semana” (CNN en español). Hablamos de su funcionariado, por si alguien tiene alguna duda.

Rusia va en el paquete oriental

¡Cómo no voy a ser idealista si soy del Athletic! Y sí, creo en un nuevo renacimiento europeo en este momento en el que EE.UU. y China nos hacen un sándwich (y no somos el jamón, eh, que somos la lechuga) porque no me gusta lo que viene: dictaduras comunistas y árabes (medievales), y Rusia en el paquete, la misma que “derribó el avión de Azerbaijan Airlines que se estrelló en Kazajistán en diciembre de 2024” (Microsiervos). Lo reconoce por fin Vladímir Putin, que “ha prometido castigar a los responsables e indemnizaciones para las víctimas”. En concreto, 38 personas fallecidas y 29 heridas.

Intolerable

Me voy a controlar y no voy a escribir lo que pienso sobre Bertrand Ndongo. Me limitaré a describir una de sus últimas acciones que, para él, por lo que parece, supone un nuevo éxito: micrófono en mano, ha perseguido a un político que, puede gustarte más o menos, ha sido elegido por la voluntad popular; le ha acosado con un tema personal y lo ha grabado todo. Esto no va de que el periodista controle al electo, porque Ndongo no es periodista (es otra cosa). Pero sí voy a hablar del político acosado, Gabriel Rufián, y admirar su temple para no soltar a Ndongo la hostia que se merece porque ese nunca, nunca es el camino.

Ellos tampoco quieren perder la vida

La invasión rusa sobre Ucrania ha supuesto que más de doscientas mil personas pierdan la vida. Doscientas mil. Pero Trump ha cancelado su reunión con Vladímir Putin porque no quiere “perder el tiempo” (DW). Si para el presidente estadounidense sus ratitos son valiosos, para las y los ucranianos invadidos son algo que se puede acabar en cualquier momento por un bombazo o un dron enviado por orden del Kremlin. Lo acojonante es que estemos en sus manos, que hayamos dejado (por incomparecencia de la Unión Europea) en ese cerebro que solo sabe hacer dinero la resolución de los grandes conflictos en el mundo.

El problema es el lujo

Uno de los mayores problemas de nuestra civilización es que hemos permitido a los hijos de puta que hagan lo que quieran. Por eso el fascismo están en su mejor momento (empezando por Euskadi). Por eso existen los ultrarricos y el mercado del lujo, asqueroso, nauseabundo, a erradicar por la siguiente civilización que nos sustituirá. Porque el problema no es que un diputado de La France Insoumise (Louis Boyard) se haya quitado un reloj de lujo para salir en televisión y le hayan pillado haciéndolo, el problema es que existan relojes que superan los doscientos euros. De hecho, empiezo a pensar que ese es el origen de todos nuestros males actuales.

El problema son las Leires

Yo no tengo ni idea de si lo que cuenta “el exfiscal del Caso Villarejo” es verdad o no: “Dice que Leire Díez le aseguró actuar bajo conocimiento del Gobierno” (Euronews). Pero sí sé que es preocupante que resulte verosímil. El problema, en el caso del PSOE en este momento, pero de la política, en general, es que existan personajes como Leire Díez, que empezó defendiendo en X (entonces se llamaba Twitter) con uñas, dientes y pésimas formas al gobierno vasco de Patxi López, y termina asistiendo a un “encuentro en sustitución de Cerdán” con la “orden de limpiar y de revertir la situación, caiga quien caiga”, según Ignacio Stampa.

Vamos bien

“LaLiga cancela el partido de Miami entre Villarreal CF y Barça por la ‘incertidumbre en España’”, según 2 Playbook. En Euskadi, por cierto, tampoco nos gustaba que un partido de fútbol se jugase sin aficionados locales ni que el Barcelona fuera a generar ingresos incluso jugando de visitante. No vamos mal si se ha vuelto a frustrar el intento de la empresa de Tebas de jugar con nuestro fútbol. Dice el referido que perdemos oportunidades de negocio. ¿Quién las pierde, porque como socio de unos de los clubes que participan en su competición, yo no ganaba nada? El fútbol sigue yendo de amor.

¿Qué tienen contra CAF?

CAF no fabrica armas pero en Euskadi el genocidio que el gobierno y el ejército israelíes ejecutan en Gaza ha sido redimensionado por la izquierda abertzale (en la web de EH Bildu hacen una entrevista a su candidato en Ordizia, Asier Álvarez de Eulate, que amenaza directamente a CAF con un boicot internacional) atrapando a la empresa ferroviaria vasca. ¿Por qué? Y lo que es más importante: ¿por qué volvemos a asistir a la manipulación del sufrimiento ajeno (el sufrimiento que provocan 65.000 personas asesinadas) para el lavado de cara propio y no nos revelamos contra ello?

Ha venido a jugar

Pello Otxandiano ha venido a jugar. A hacer política, no sé, pero a echar los dados y ver qué pasa, sí. Da igual que ni el parlamento ni el gobierno vascos no sean competentes para subir las pensiones. Da igual que el movimiento de pensionistas de Euskal Herria no hagan sus demandas en Iruñea. Da igual que, de hecho, el único partido que negoció y logró en Madrid, precisamente, una subida para todas y todos los pensionistas del Estado haya sido el PNV. Da igual todo: lo importante es el populismo. O mejor dicho: no da igual. La justa reivindicación de las y los pensionistas tiene un objetivo político, no social. A este juego también juego yo.

Ni una mierda más

Ni una mierda más de quienes son fascistas aunque se disfracen de pacifistas. Hablo de Donald Trump (¿cuántas cosas tienen en común el trumpismo y el fascismo que observamos en Euskadi?): “Trump pronuncia discurso en ONU lleno de afirmaciones falsas sobre el clima, la inflación, inmigración y la paz”. Lo dice la CNN: “Trump fue inexacto sobre una amplia variedad de temas, incluyendo la inflación en EE.UU., las políticas climáticas tanto en el país como en el extranjero, la inmigración, su papel en la resolución de conflictos internacionales y su posición en las encuestas de opinión”.

Y Rusia, ¿qué?

Durante décadas hemos oído la palabra “fascista” recurrentemente: todos lo éramos (me incluyo, sí), menos los de verdad. Y ahora que el fascismo está viviendo su momento dorado, son incapaces de reconocerlo: es fascista Netanyahu, abraza a los ultras Trump, son fascistas quienes siempre lo han sido en Euskadi y nunca han condenado al que asesinaba por pensar diferente, y por supuesto, es fascista Putin (el justificado). “Italia, Alemania, Suecia y Finlandia han hecho algo que parecía impensable: lanzar sus cazas en busca de aviones rusos” (Xataka). Esto es fascismo expansionista y hay que pararlo. También con la OTAN.

¿Creemos o no creemos?

Este titular y subtítulo en El Independiente me ha parecido de lo más sugerente: “Cuando el PSOE hablaba del jurado como hito del ‘socialismo democrático’ y el PP de ‘tribunales populares’. El debate parlamentario de 1995 sobre el jurado contrasta con la manera en que socialistas y populares han acogido la propuesta de Peinado”. Del mismo modo que no dudo de las intenciones de Sánchez cuando menciona a Palestina, no dudo de que el juez que investiga a su mujer utiliza el jurado popular como un trasunto de la sociedad española. Pero tampoco dudo en que cuando uno cree en el jurado popular debe hacerlo hasta el final.