A tope con la burbuja inmobiliaria

El chalet de 600.000 euros de Pablo Iglesias e Irene Montero está sirviendo para que algunos se caigan del guindo y a otros se les caigan las caretas. Quienes lo defienden con ahínco o son fácilmente manipulables o son manipuladores de libro. No creo que se encuentre en el segundo grupo Juan Carlos Monedero, que insistía en Twitter en la magnífica operación financiera de los Iglesias-Montero con los mismos argumentos que hincharon la burbuja inmobiliaria.

Sí, es así de fácil

El affaire del chaletazo con piscina para hacer la revolución en la tumbona también nos ha servido para rescatar un ramillete de tuits muy interesantes. Por ejemplo, el de Alberto Sotillos: “La explicación correcta era: ‘La hemos comprado porque podemos y nos daba la gana, el error fue criticar a quienes lo hicieron antes como si en su caso fuera reprobable’. Fin”. Asumir eso es difícil, pero más lo es intentar que nos creamos que su caso es diferente a los que criticaron.

¡Claro que los otros temas importan!

Se quejaba Monedero y otros tantos de que estamos hablando demasiado del chalet y la hipoteca de medio millón de euros, y que por eso no lo hacíamos de la licenciatura en entredicho de Pablo Casado, de la corrupción o de Palestina. Si lo hacemos es por el mismo motivo por el que Monedero e Iglesias hicieron un carrerón en los medios: comentar las contradicciones y los vicios de los políticos es más fácil y divertido. Por eso les fue tan bien y, ahora, tan mal.

Pero vamos a ello

El temita del casoplón da para mucho, pero no lo es todo. Así que vamos recuperando tuits de esta semana sobre otros temas que no pueden quedarse en el olvido, como este del socialista Pepe Blanco. Agárrense, que vienen curvas de ignorancia: “Si hubiera que volver a aplicar el 155, como exige Albert Rivera y dado que Ciudadanos ha sido la fuerza constitucionalista más votada, lo normal sería que Mariano Rajoy nombrara un gobierno de Ciudadanos con Inés Arrimadas al frente”.

Y esto, también

Hemos sufrido en Bilbao una temporada horrorosa en lo que a fútbol de primera división se refiere, con un Athletic que nos ha dado contadas alegrías e incontables decepciones. Sin embargo, lo que acabo de decirles no es cierto: las chicas del Athletic, que también son de primera, han quedado terceras y su logro ha tenido poco recorrido. Tanto que la noticia ha tenido poco más de 50 retuits en la cuenta más importante de seguimiento a las leonas. Zorionak, neskak!

Que sí, Pablo, que sí

Pablo Iglesias ha intentado justificar en Facebook que se haya comprado un chalet de 600.000 euros con piscina y casita para invitados a las afueras de Madrid. Da las cifras de la operación: una hipoteca de 1.600 € al mes a pagar entre él e Irene Montero. Pero con pena, compungido porque la mayoría de “la gente” por la que tanto trabaja no puede hacer lo mismo que ellos. También aprovecha para quejarse de que hablemos de él, el mismo que tanto habló de “la casta” hasta llegar a donde está ahora.

El problema también son los 600.000 euros

Cuando dos diputados se compran un chalet de 600.000 euros para vivir alejados del “lumpen” (palabra que Pablo Iglesias utilizó para referirse a “la gente” antes de erigirse en su líder) es evidente que pierden contacto con la realidad. La cosa se agrava porque Iglesias ha señalado en otros esa lejanía y se ha jactado en público y en repetidas ocasiones (como recopilan en Magnet) de dónde vive y de que no se cambiaría… Hasta que ha tenidos acceso a 600.00 eurazos.

Los logros de aquel 15-M

Irene Montero no se queda atrás ni en caradura: “Hace 7 años dijimos que dormíamos pero despertamos. Que no queremos ser mercancía en manos de políticos y banqueros. Que queremos cuidarnos, derechos, vidas dignas. Esa España está en marcha. Sí se puede. Feliz 15-M”, tuiteó solo un día antes de que conociéramos que ha pedido con otro político un hipotecón a un banco y que una vida digna para ella pasa por un chalet con piscina. Ella sí ha podido. Felicidades.

Demagogia

El chaletazo de Iglesias y Montero nos ha dado algo bueno: posiblemente el mejor tuit de 2018. Lo ha escrito Lordor y es muy cortito: “El que a demagogia mata a demagogia muere”. Ese es el problema real, no lo es el chalet, ni el acceso a una vivienda de 600.000 €, ni la decisión de vivir en ella: el problema es que Iglesias (y luego Montero) hizo de su demagogia un modo de vida, y que se la ha colado a muchos que ahora se debaten entre defenderle traicionándose o abrir los ojos.

Siempre nos han tomado por tontos

Cada vez que Juan Carlos Monedero echa una mano todos se agarran el cuello en Podemos. Antes de que Pablo Iglesias explicara su hipoteca mensual de 1.600 euros (¿no es eso ponerse en manos de banqueros?), el propio Monedero tuiteaba que no podíamos criticar que hayan elegido tener una hipoteca de 500 euros (sí, daba esa cifra) en vez de pagar un alquiler de mil. Es evidente que se piensa que no sabemos dividir, que no sabemos en qué consiste nuestra hipoteca, y que quien elige vivir de alquiler es idiota.

¡Facebook baja!

Por primera vez, Facebook baja. Lo hace en EE.UU. y Canadá y en número de usuarios activos (un millón). Supongo que no se trata tanto de las personas que se dan de baja siguiendo su complejo protocolo como de las que dejan de usarlo. De momento y hasta que se repita el descenso, es una excepción. Lo que no bajan, sin embargo, son los ingresos de la web: 40.600 millones en ventas y un beneficio de casi 16.000 millones de dólares, un 56% mayor que el de 2016.

“Violación grupal en un cuartel”

En Público, lejos de su tono habitual, han intentado hacer un relato aséptico de los hechos, y lo entiendo: una soldado del cuartel aéreo de Boadilla, Málaga, denunció ante la Policía Nacional y a su superior, que ha trasladado también el caso a la Justicia Militar, que había sido violada por sus propios compañeros de cuartel después de haber sido drogada contra su voluntad mientras celebraba con otros soldados el día de la Patrona del Ejército del Aire en un bar del pueblo.

Los que se buscan problemas

Mientras les trasladamos relatos tremendos con violencia (en el caso anterior, machista) de verdad, lejos de cualquier riesgo un puñado de provocadores tuitea o canta alabando la violencia. Ante ellos, suscribo lo que escribe Mr. Insustancial en Twitter: “Valtonyc y Pablo Hasel me parecen unos analfabetos funcionales a los que la contingencia histórica va a llevar a la cárcel. Lo que no sé es si han cometido algún delito más allá de tener unas opiniones bochornosas sobre ciertos temas”.

Oh, sorpresa

Si Monedero quiere ser consultor político o económico, o lanzar sus propios proyectos empresariales audiovisuales, tiene que dejar su puesto en la universidad pública, según el TSJM. Siempre puede pasarse a la privada pero, claro, es un lío. Y eso que él está acostumbrado a meterse en embrollos neoliberales, compaginando su docencia (¿y la investigación?) con sus trabajos fuera de la uni que, por lo que hemos sabido estos años, no estaban nada mal pagados.

Como cualquier otro español

Me parece muy acertada la noticia satírica de El Mundo Today: “¿A qué edad debes regalarle a tu bebé su primer Toisón de Oro?”, a modo de titular de revista para amas y aitas primerizos. Porque después de enseñarnos unas fotos chungas y un vídeo cutre para que nos creamos que, en el fondo, la real es casi como cualquier familia española, Felipe VI impone un collaraco de oro a su hija (a la heredera del trono). Lo que hace cualquier padre cuando cumple los 50, ¿verdad?

Jardineros gratis para la casa de Alba

Hemos normalizado que los municipios, en vez de contratar a un diseñador y en aras de la participación, la transparencia y el autobombo, organicen un concurso cada vez que necesitan un cartel para carnaval o fiestas patronales. Al final, está pagado. Pero lo del Duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, rompe los récords del jetismo: “Seis meses de jardinería para ingenieros, gratis” (El Confidencial). Es decir: ofrece sus jardines para que ingenieros agrónomos los desbrocen sin cobrar.

La izquierda y sus cosas

El texto de Daniel Bernabé sobre Operación Triunfo en La Marea es uno más. Desde hace muchos años en las tribunas de izquierdas han publicado divagaciones sobre la cultura de masas con referencias a gustos más elevados con los que el autor justifica, suave o salvajemente, su desprecio a lo que consume la mayoría y el riesgo de alienación. En eso anda la izquierda de salón, enredada esta semana en lo mismo que hace siglos, pero con Twitter: una caja de resonancia para la pedantería.

La coherencia, ese valor

La capacidad para generar mensajes de Juan Carlos Monedero, también en Twitter, como buen activista de izquierdas de su tiempo que es, le da algún problema de vez en cuando: esta semana ha vuelto a moverse un tuit suyo de mayo pasado (no me pregunten por qué) en el que se preguntaba desde Mauthausen: “¿Cómo quitarle importancia?”. Otro usuario le respondía con un artículo del propio Monedero: “El terrorismo financiero causa más dolor que el nazismo”.

Puigdemont, desactivado

Un usuario de Twitter recuperaba aquel brindis a cámara que Ana Rosa Quintana y Mariano Rajoy lanzaban cuando la primera entrevistó al segundo en una taberna de Madrid, y añadía el mensaje: “Un saludo, Puchi”. Evidentemente, se refería a la colaboración que la periodista ha prestado al asunto catalán. Una colaboración que, no nos engañemos más, viene bien a todos menos a Puigdemont, que sigue enrocado en Bruselas mientras el tiempo corre y hasta en su partido se desesperan.

Válido en los dos lados de la A8

Mi amigo y compañero del Noticias de Gipuzkoa, Jurdan Arretxe, ha tuiteado sobre el fichaje de Iñigo Martínez. Y lo ha hecho con sus acertadas reflexiones al aire que siempre suenan a pregunta: “Llegamos al cole creyéndonos de los mejores, casi todos los días nos quitan el bocata en el recreo (esto funciona así) y cuando nos lo quedamos, vamos a Europa. Creemos que ya hemos mejorado lo suficiente. Pues igual sí. Hasta el día que nos quitan el bocata”. Vale para los dos extremos de la A8.

Buenos propósitos para 2018

El tuit de Juanan Salmerón: “Como propósito para 2018 podríamos plantearnos dar menos relevancia a lo que puedan decir políticos de la talla de Monedero, Rufián o Talegón. Nos irá mejor a todos”, me dio una idea. Podría traerles unas cuantas ideas para que 2018 fuera un año mejor haciendo caso a unos propósitos tan buenos como sencillos. El primero, obviar a los políticos que son hábiles en esto de amaestrar masas en Twitter pero no valen para mucho más, como los citados.

Tonterías, tampoco

Junto a políticos cutres que se manejan mejor en redes sociales que en política, podemos citar a los periodistas cutres que hacen exactamente lo mismo. Son unos cuantos, y esta semana los que cumplen con el requisito de mediocridad en España están pasándoselo muy bien con la chorrada de Tabarnia, repitiendo que han tenido una magnífica idea para ver si, de tanto decirlo, se convierte en verdad. Yo me quedo con la llamada a la cordura de Lucía Méndez y la hago extensiva a todo el año.

Igual en 2018…

A Julian Assange le han bloqueado su cuenta en Twitter esta semana, pero ya ha abierto otra y sigue con sus mensajes latosos y recuperando poco a poco su masa de seguidores. No le pido a 2018 que se la bloqueen definitivamente, lo que le pido es que deje de importarnos ese canal de comunicación que un portavoz de la realidad sesgada (Assange o cualquier otro) usa como luz y guía. Ya saben que a mis ojos su actitud hacia Catalunya, favorable al procés, no le indulta de su soberbia anterior.

El año de la Identidad Digital aseada

Ojalá 2018 sea el año en el que todos, sin excepción, tomemos conciencia de lo importante que es nuestra identidad digital y nuestro rastro en Internet. Sobre todo, aquellos autónomos o propietarios de pequeñas empresas que salen de un cursillo de marketing digital con el Twitter de su marca y empiezan a cometer errores que se pueden ahorrar si siguen recomendaciones básicas. En Trecebits han recopilado cinco consejos que para este sector son imprescindibles.

Ni una foto sin su autor

¿Saben qué mejoraría sustancialmente Internet si todos los que usamos redes sociales cumpliéramos con el mismo propósito? Citar a los autores de las fotos. Podríamos empezar por dejar de seguir esas cuentas de imágenes fascinantes y que, literalmente, roban el trabajo a otros. Recientemente, ha aparecido una en Euskadi. Estoy seguro de que si empezamos por citar a los autores de fotos que nos gustan acabaríamos el año entendiendo muchas otras cosas que hacemos mal en Internet.