Se acabó la Copa. Ya hemos vuelto de Madrid y esto es todo lo que ha dado de sí. Una pena que al final no hayamos podido competir. La ilusión duró escasos dos minutos, quince, treinta. Podía haber sido… pero no ha sido. A pesar de eso, tengo que dar la enhorabuena al Athletic, al equipo, al cuerpo técnico, a la directiva, a la afición rojiblanca, a todo lo que rodea a este extraordinario Club, porque así lo he sentido siempre y así lo volví a sentir en Madrid. Es un auténtico placer desplazarse con este equipo y vivir las fiestas que se organizan, organizamos entorno al partido.
Me ha pasado igual que en Bucarest. Al volver la gente me pregunta que qué tal y mi respuesta es que salvo el detallito del partido todo lo demás extraordinario. Sí, sí, ya sé que esto es fútbol y que sólo me debería importar el partido o sólo debería contestar refiriéndome al partido pero… es que hay algo más. El partido fue un desastre y hemos vuelto a perder. Por supuesto que lo sé, pero… en el caso del partido con el Barça era previsible. Era muy difícil. Y aunque todos nos agarrabamos a que en Liga tanto en San Mamés como en Barcelona se jugó muy bien y se compitió, aquí ha sido imposible. Se conjugaron muchas cosas. Iturraspe no pudo estar. Ander sólo en el 2º tiempo. Los fallos esos inexplicables que te cuestan partidos. Los nervios, otra vez. La inexperiencia, otra vez. El que el portero contrario sí que para. El que ni siquiera, ni siquiera perdiendo 3-0, ni siquiera… así estos árbitros son capaces de concederte un penalti de libro, clamoroso, escandaloso, ni siquiera perdiendo 3-0. ¿Cómo es posible? ¿Tan peligrosos nos ven? El único que no vio el penalti (no quiso verlo) fue el árbitro. Tampoco lo vio (no quiso verlo) el linier. No lo entiendo. Me rebelo. Me sublevo. Me cabreo. También me diréis que un penalti con ese resultado es anecdótico, bien. O NO. De momento, sí lo metes (que eso tampoco parece fácil en este equipo), puedes meterte un poco en el partido. Por lo menos maquillar el resultado. Te queda todo el segundo tiempo… No sé. Por lo menos un gol, el de la honrilla.
Así nos queda otra final perdida. Pero yo añado: Otra final jugada. Ha todos los equipos les hubiese gustado jugar las dos finales. A todos. Y el Athletic lo ha conseguido. El resto no. Así que enhorabuena y el año que viene a por más, y si es la Gabarra mejor, porque el sueño rojiblanco no se acaba, ni se acabará nunca.