La semana pasada una lectora me comentaba que estaba harta de hablar de las despedidas de San Mamés. Que San Mamés no se iba a ningún lado y que va a seguir ahí. Sé que se refería a que seguirá en nuestros corazones y estoy totalmente de acuerdo, porque ni a mí ni a nadie se nos va a olvidar lo que ha sido o supuesto San Mamés para todos y cada uno de nosotros.
De todas formas hoy voy a volver a hablar de la despedida, en este caso de la oficial, ya que el domingo se jugó el último partido de competición. Y fue, en lo que respecta al fútbol similar a lo que ha sido toda la temporada. Una tristeza, un quiero y no puedo, un desatino en lo que respecta al último pase, y en lo que respecta al tiro a puerta. El Athletic se volvió a empeñar en entrar hasta la red con el balón controlado y dando doscientos pases, paredes, y demás cosas improductivas, por lo menos cuando lo hacen nuestros jugadores. Y la pena se multiplica cuando ves que el equipo que tienes en frente te deja hacer lo que quieres. No te presiona, te da facilidades.
Si eso es poco, para acabar de pegarte un segundo tiro en el pie, ahí tenemos a Muniain, para demostrarnos que lo peor que hay en él, no se nos va a olvidar fácilmente. Cualquier momento es bueno para sacarlo otra vez. Es cruel lo que digo. Sí. Pero más cruel es dejar otra vez a tu equipo en inferioridad numérica por una niñería en un partido que todos quieren ganar. Claro que le estaban haciendo falta, y que el árbitro es malo de solemnidad y nunca ve nada ni a nuestro favor, ni bien (No sé cuál es peor de los dos hermanos Teixeira). Pero… de ahí a soltarle una patada al contrario va un trecho muy largo. Patada absurda, suave, y lo que queramos, pero, tarjeta roja al canto.
A pesar de eso, el equipo en este caso no desapareció como ha hecho otras veces en esta Liga al estar en inferioridad (así de fácil lo estaba poniendo el Levante), y siguió atacando. Eso sí con la misma inoperancia anterior. Salieron Ibai y Toquero y mejoraron bastante el último pase pero… no el remate a puerta.
Y ahí que llega un tal Juanlu, que ni siquiera ha sido titular en muchos partidos de esta Liga y San Mamés para dejar contento al que sufre… nada… que lo hace pasar a la historia con su gol, último gol de San Mamés. El primero Pichichi y el último, un tal, Juanlu. Enhorabuena chaval.
Una pena. Encima para más recochineo, ni el Sevilla ni el Getafe han ganado. Es más, han perdido. Es decir, las posibilidades de entrar en Uefa eran reales. Lo dejaremos estar… como todo lo demás de esta temporada, que vaya temporadita que nos han dado entre unos y otros.
Para aderezarlo todo, muchos y yo entre ellos, cantando para que Bielsa se quede. Yo no estoy en Gol Norte ni en Gol Sur. Lo digo porque muchos quieren hacer creer que los cánticos sólo salían de los fondos. Yo estaba en Tribuna Este y muchos de los que estaban en ella también siguieron la canción. Y pitos yo en mi tribuna no oí ni uno solo. Así que creo que el apoyo al entrenador fue amplio. Tomad nota Josu y Junta Directiva.
Por supuesto, pitos generalizados, y mis aplausos y los de cuatro como yo, que fueron los que se oyeron para recibir, de nuevo, a LLorente. Al que aplaudí y lo volvería a hacer porque es del Athletic, por todas las cosas que nos ha dado y no hace tanto tiempo. Por su gol in extremis al Sporting portugués que nos metió en la Final de la Europa League, por su amor a los colores. Sí amor a los colores y sentimiento Athletic, que estoy segura que lo tiene. Esto mismo que digo lo volví a ratificar al ver las imágenes de los cien aplausos a la Catedral (preciosa idea de la Junta y así lo alabo), porque Fernando, mientras aplaudía estaba llorando. Algo sentirá estando desde los 11 años en Lezama. Has hecho cosas mal Fernando, pero peor lo ha hecho el Club y encima nos ha salido un pastón. Pena que salgas así de San Mamés y del Club. Pero que sepas que algunos te seguiremos aplaudiendo por meter el último gol de un jugador del Athletic en San Mamés, que por cierto, supuso la salvación y… sobre todo, por ser del Athletic.
Vuelvo al homenaje. Otros jugadores durante los cien aplausos que se dieron ni siquiera estaban. ¿Muniain? Si a él no se le ocurre que tiene que salir, ¿no puede ir nadie a decírselo?. ¿El resto de jugadores del banquillo y los que no estaban concentrados, incluyendo a Amorebieta? (tampoco se le ocurrió a nadie). ¿Y el cuerpo técnico?. ¿No tenían que estar Bielsa y sus colaboradores en el centro? Como veis la idea me gustó pero… le quedaron unos flequillos que se podían haber mejorado. Espero que en la despedida no oficial, esos flequillos se limen con mucho más cuidado porque ya he visto también que algún ex jugador está un poco dolido y con razón. Aunque estoy segura que los ex jugadores, ex entrenadores, etc… están reservados para el último partido. Eso espero.
Yo desde luego allí estaré, aunque ni sepa quién juega, ni qué se va a hacer, ni a qué hora… Da igual. En la Catedral nos vemos para la última despedida.