Otro de los temas que he criticado siempre de las Asambleas a las que he asistido ha sido el de poder votar desde el mismo momento en que se constituye la misma. Es decir, sin necesidad de entrar en el auditorio del Euskalduna o del Arriaga, el compromisario puede votar e irse a su casita tranquilamente. En todas las asambleas ha salido alguien a criticarlo pero tanto la Junta Directiva anterior como ésta contestan la simpleza de que el compromisario tiene el derecho de votar cuando quiera y que si no se hace muy tarde… Ejem. Ser compromisario es voluntario. Estaría bien que el que decida serlo pueda perder unas horas de sueño y emplearlas en escuchar tanto a la Junta como a los compromisarios que planteen dudas o comenten algo sobre los distintos puntos del orden del día. Además si es por cuestión de trabajo, sueño,… no tienen más que ponerlo en día festivo y a otras horas. Me parece una disculpa absurda y que les viene fenomenal, o les ha venido fenomenal cuando en algún caso han tenido que llamar a filas a los «votantes amigos compromisarios» para que algo saliese adelante, por si acaso… De hecho en asambleas anteriores aparecían muchísimos más votos que asistentes o personas presentes en la sala. Así que claro luego nos sacan cantares a todos los compromisarios en general… como si todos fuésemos iguales. Por educación habría que escuchar y luego votar.
En segundo lugar, un compromisario, más concretamente, Txema Ondero, salió en el turno de ruegos y preguntas a plantear algo muy interesante, y entre las horas que eran, que estábamos ya cuatro en el Teatro y las respuestas (o no) que recibió tanto del secretario Javier Aldazabal como del presidente, Josu Urrutia, su propuesta cayó en sacó roto. Pero me quiero hacer eco aquí de ella. Txema comentó que un grupo de compromisarios amparados en el artículo 31 de los estatutos del Club había enviado una carta a la Junta Directiva solicitándole información para que ésta diese la misma en la Asamblea, repito, como permiten los estatutos. Así mismo en dicha carta se les pidió a ver si era posible elaborar y redactar un Reglamento (para la posterior aceptación por parte de la Asamblea) que regule de forma transparente los procesos de interrelación del Club con los socios como por ejemplo, los procedimientos de altas y bajas de socios y adjudicación de localidades de estas últimas. Es decir, solicitó algo que estoy segura en un 100%, quieren que exista todos lo socios. El que se regule de forma transparente algo tan importante como el tema de bajas y altas de nuevos socios. La respuesta inicial fue de Josu Urrutia que se quedó sólo única y exclusivamente con la última frase que dijo Ondero (algo así como que estaría bien que el Club fuese de los socios), la cual no le debió gustar mucho porque le contestó de manera chulesca y fuera de lugar (por desgracia, no es la primera vez que hace algo así nuestro presidente). Obvió todo lo demás que dijo el compromisario, incluso las alabanzas iniciales a la Junta (igual ni siquiera las escuchó). La respuesta sobre el contenido fundamental, la dio Aldazabal y tampoco fue muy afortunada porque respondió que eso era algo que ya se había tratado en una de las reuniones previas a la Asamblea, cuando esto es una verdad a medias, ya que se había tratado al acabar la reunión previa y en petit comite. De hecho estábamos cinco compromisarios cuando salió el tema y el Secretario dijo que él también creía que era importante crear un documento así. Lo que pretendía el compromisario al salir al estrado era dar a conocer la propuesta a la Asamblea y que la Junta diera su parecer sobre ella (ya que tenía noticias de la misma en la carta desde mucho tiempo antes), y si les hubiese gustado (dicha propuesta) que se hubiesen comprometido ante la Asamblea a llevarla a cabo. Así mismo, en la Asamblea contestó Javier a Txema que no querían inmiscuirse en el trabajo de la comisión de la redacción de estatutos. ¿?¿? Pongo interrogaciones porque el secretario sabe perfectamente que son dos temas independientes. Los estatutos y el reglamento se pueden escribir paralelamente. Son independientes y no los tiene que redactar la comisión de estatutos. Conclusión: al contestar esas dos cosas Javier, la gente se queda con que el compromisario no debió salir al estrado y que además para proponer algo que no se puede hacer ahora no tenía sentido. Que quede claro con este artículo que no es así, que la propuesta era perfectamente legítima y el foro y el momento para presentarla eran los ideales.
Pero bueno para acabar diré que ya que la propuesta le pareció interesante en la reunión previa, aunque no se hayan comprometido, seguiremos con el tema para que se consiga, y así tengamos un buen reglamento, que regule una serie de cosas importantes, para no dejarlas al arbitrio del buen o, más bien, del mal hacer que nos han demostrado sobradamente directivas anteriores. Y que así consiguiésemos que el Club, entre otras cosas, fuese efectivamente de los socios.