A pesar de que esta semana he hablado de esperpento futbolístico, ahora no me estoy refiriendo al juego de nuestros chicos. Sólo estoy hablando del pequeño detallito del problema de agua que tiene San Mamés.
Nos las prometíamos todos muy felices con el estreno del nuevo campo y … buf… de momento hay para escribir un libro: colas de entrada, vomitorios muy estrechos, escaleras infinitas, ascensores missing o sin posibilidad de utilizarlos según zonas y días, salidas colapsadas, visión área del campo (a mí en la fila 14 me parece que estoy lejos… así que ¡qué será en la 35!),… Pues bien, todo esto no es nada si lo comparamos con el otro gran problema que es el agua. Ese bien tan preciado y tan abundante en Bilbao, que como siga así nos va a ahogar.
El sábado pasado tuve la fortuna de ir a ver el partido del Athletic veteranos contra la Real Sociedad, y digo fortuna porque fue una gozada por muchos motivos. Porque se reuniesen en San Mamés casi 20.000 personas, para ayudar a la Asociación de Síndrome de Angelman, la delegación del País Vasco de la Federación Española de Enfermedades Raras y Cáritas Bizkaia. Por ver a las viejas glorias, no tan viejas, y poder disfrutar con el juego de Julen (el que tuvo retuvo), de Javi González (que se salió), de Urzaiz (a pesar de los kilitos cómo se fue del defensa en un par de jugadas), de Imanol, de Armando, de Joseba Aguirre, de Luke, de Estibariz,… Por poder ir con la familia que todavía no son socios, por ver miles de niños que son los futuros (actuales) aficionados del Athletic, por disfrutar de la fiesta en sí y por supuesto, por el triunfo (5-3)
A pesar de todo lo positivo anterior, voy a lo que me ocupa que es el tema del agua. Vi el partido en Tribuna Principal baja y como estaba anunciada lluvia al llegar me coloqué en las filas altas para evitar mojarme. Me senté en la fila 21, suficientemente alta. Pues bien cuando el cielo se abrió (realmente diluvió), tuve que abrir el paraguas porque nos estábamos mojando y mucho. Un amigo me ha comentado que él estaba en la 25, detrás de mí, y que él, aunque menos, también se mojó. Conclusión… Nada del viento y las filas inferiores se mojan… Se moja muchísima más gente. Ah, y por cierto, yo estaba un poquito más hacia la izquierda de la mitad del campo Es decir, no me mojaba porque encima no hubiese cubierta. No. Además, como la gente se fue hacia otras tribuna yo permanecí en la 21 pero yéndome más hacia la izquierda, casi detrás del banquillo del Athletic, y… me seguía mojando. En fin.
Si no fuese suficiente problema el indicado, parece que la cubierta y la fachada tienen filtraciones de agua, o así lo indica una noticia publicada ayer mismo en el [Enlace roto.], y que se basa en la nota de prensa del Athletic publicada en la página web, que siendo más fina, que el periódico, habla de problemas de funcionamiento o deficiente funcionamiento de la cubierta y la fachada del edificio. Sea deficiente funcionamiento, sean filtraciones,… la verdad es que parece un «pequeño desastre» que una construcción recién estrenada, tenga estos «desajustes, averías». De hecho es algo que pensábamos que sólo ocurría con las obras de Calatrava. Pena, porque parece que no. Cuando hablaban de piscina cubierta yo no sabía que se referían a esto…
Por su parte [Enlace roto.]diciendo entre otras cosas sobre la cubierta lo siguiente: «se han observado algunos defectos de construcción que se están subsanando progresivamente. En breve, la cubierta quedará completamente estanca». Bien, está bien empezar por el reconocimiento de errores, pero teniendo en cuenta que no estamos en Andalucía, y que aquí el fenómeno atmosférico predominante es la lluvia, se me hace un poco incomprensible que tengamos esos defectos de construcción. Que haya alguna gotera… aunque malo se puede entender por las prisas de la construcción. Pero que la cubierta y la fachada tenga deficiencias… ya es de más difícil digestión.
El Club así mismo solicita paciencia a los socios «hasta que se puedan solventar los problemas que se vienen produciendo y aquellos que se pudieran producir hasta la finalización completa del campo». Sí, paciencia sí, pero… supongo que dejarán que nos echemos las manos a la cabeza, protestemos un poco y que pensemos que es increíble y que… ¡Vaya chapuza!.
Para acabar, y permitidme que repita que espero que se solventen «los problemas en el plazo más breve posible». Pero… ¿y si no los arreglan?… ¡No quiero ni pensarlo!