«Ha sido ETA»

La frase que hizo famosa José María Aznar como la mentira más grande en política jamás contada fue lo primero que me vino a la cabeza cuando vi la respuesta de Consuelo Ordóñez a Rafael Hernando, el portavoz que Núñez Feijóo ha recuperado para el Congreso: la víctima de ETA afeaba la réplica en Twitter que había recibido del pepero. Hernando aseguraba que Gregorio, asesinado por el terrorista Txapote, hoy también gritaría “que te vote Txapote” a Sánchez. Y aseguraba también que “Goyo” fue su amigo. La de COVITE decía no conocer a Hernando y que, visto su tuit, él no conoció a su hermano.

Peor es el que la manipula

Estoy seguro de Santiago Abascal no es tan mala persona como nos transmite con sus declaraciones: “Avisa de que los primeros votantes de Sánchez serán ‘violadores, pederastas, golpistas, Txapote y Mohamed’, en referencia al rey de Marruecos”, informan en Europa Press. Estoy seguro de que Abascal no es consciente de la gravedad de sus palabras, de lo que significa lo que pronuncia. De hecho, me preocupan poco él y sus burradas, y me preocupa mucho el que se las escribe, el que se las hace memorizar, el que le asegura que eso es lo que tiene que decir, ¿para qué? ¿Quién gana generando odio? Sí sé quién pierde.

Esto está mal

El boicot, provocado o accidental por una presión mal medida, de los trabajadores de Navantia en Cádiz a Yolanda Díaz, que estaba dando un mitin en la ciudad, está mal. Está mal, para empezar, porque lo dice la ley, que es clara sobre el derecho de la ciudadanía a ser informada durante una campaña de las intenciones de quien se presenta. Y está mal porque algunos sindicatos y, lo que es peor, los movimientos asindicales (según El Independiente, estos trabajadores de Navantia acudieron “sin estructura sindical”) se han alejado del posibilismo para acercarse a la extorsión, y han cambiado el largo plazo por el cortísimo.

¿Quién es Tamara Falcó?

Sé quién es Tamara Falcó, sé que trabaja en “El Hormiguero”, sé que es una estrella en Instagram, sé que es el clavo al que se agarran las revistas del papel couché para conectar con la siguiente generación y sé que la creación de las estrellas “del corazón” es un fenómeno arbitrario. Pero me ha sorprendido la cantidad de información que toda la prensa ha publicado de su boda. Lo que no me ha sorprendido es que, como tuitea Tortondo, “los invitados a la boda de Tamará Falcó son como la programación del Canal Historia: nazis y tiburones”. Niñas y niños pijos con empresitas y descendientes de fascistas declarados. Qué cuadro.

¡Ah, sí, el cara a cara!

Por supuesto, también sé que ayer se celebró el esperado “cara a cara” entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. No estoy tirándome el pisto, no tengo mucho interés en él porque sé que si uno y otro han hablado de Euskadi habrá sido para mencionar lo peor de nuestro país: ETA y quien justificándoles. El poco interés que tengo es puramente profesional: ver cómo dos políticos que aspiran a gobernar un país se fajan en un diálogo televisado. Por el mismo motivo, por lo genérico, la pieza en The Objective de César Calderón me ha resultado de las más interesantes de la previa: “Siete formas infalibles de perder un debate electoral”.

Pues a mí me parece bien

A mí el vídeo en el que Bildu cuela a Aitor Esteban como un fascista más me parece bien pero no por lo que muestra, sino por lo que significa: no puede haber firmado Bildu una declaración más clara de que no es capaz de distinguir a un fascista de su imagen en el espejo. No puede haber dejado más diáfano Bildu que la suya es la misma estrategia que la del PP cuando acusa a otros de corruptos: “Señala a todos de lo que somos nosotros a ver si no se nota”. No puede expresar mejor Bildu que su bando es el de la izquierda española y no el de Euskadi: solo se libran de ser señalados en el anuncio el PSOE (el del GAL), Podemos y Sumar.

Fascista hay para regalar

Si algo sobra en Euskadi y en España son los fascistas y, por supuesto, los colaboracionistas a cambio de un escaño en el Congreso. Con que solo haya un fascista en Euskadi y en España, ya sería demasiado. Pero lo que sucede es terrible: los hay para regalar. “Falange presentará candidatura en el doble de provincias que hace cuatro años”, según The Objective. A saber: Ávila, Castellón, Guadalajara, Madrid, Murcia, Palencia, Sevilla, Toledo, Valencia, Valladolid y Zaragoza. “No aparece en ninguna candidatura el Jefe Nacional de La Falange, Manuel Andrino, inhabilitado tras ser condenado por el asalto al centro cultural Blanquerna”.

Cuando crees que no cabe un tonto más…

Decía un amigo mío que “cuando crees que no cabe un tonto más hacemos hueco”. Y el tiempo solo le ha dado la razón: si no teníamos bastante con los que no saben lo que es un fascista y con quienes se presentan por la Falange, “jóvenes del PP acuden a un acto de precampaña de Feijóo, Ayuso y Almeida con unas camisetas con el lema ‘Que te vote Txapote’” (República). Como es lógico, “víctimas de ETA como Consuelo Ordóñez o Rubén Múgica han explotado: ‘No tenéis vergüenza’”. La deshumanización de una parte de la sociedad resulta preocupante, y quien la promueve será responsable de sus consecuencias.

No va de políticos, va de Yolanda

Yolanda Díaz va a hacer lo que le dé la gana. Y a quien no le guste, que se baje. Ella misma se empeña en decir que la política no va de los puestos de trabajo de los políticos y es con eso con lo que chantajea a quienes la acompañan. La elección de sus colaboradores, a su discreción, ha mosqueado de Podemos (porque incorpora a críticos dentro de la formación) y a Más Madrid (porque incorpora a miembros de Podemos que les han atacado directamente). A ella eso no le importa: su equipo es indiscutible. Lo de “Sumar” ya sabemos por quién y por qué va. Lo de bajarse por dignidad ya sabemos por quién y por qué no va.

¡Salvados y salvadas!

No, no me refiero a las cinco personas que han desaparecido en un submarino turístico visitando los restos del Titanic, sino a las 172 que ha rescatado el Aita Mari. 294 en total (en colaboración con otros barcos de salvamento) han logrado salir vivas de siete botes que podían naufragar. No me puedo identificar con los millonarios que han decidido poner su integridad en riesgo por ir más lejos que sus semejantes. Por suerte, tampoco puedo ponerme en los zapatos de quien decide arriesgar su vida y la de sus hijos por un futuro incierto. Ojalá todas y todos sean rescatados con vida. Qué gran labor la del Aita Mari.

Primera reflexión: lo importante

La campaña ha hecho que tuits importantes, como este de Iñaki García Arrizabalaga, hayan tenido que esperar. Pero lo cierto es que su respuesta más que la movilización llama a la reflexión, precisamente: víctima de ETA como es, ha tenido que aguantar mensajes como este de aplaudidores de ayusadas: “¿No te das asco? Que esa gentuza que está en el poder ayudó a matar a tu padre, quiérete un poquito, yo, sin ir más lejos (y eso que no me mataron a nadie por suerte) celebro cuando un etarra deja de existir”. Su respuesta, cristalina: “Lo que siento es pena y tristeza por opiniones y actitudes totalitarias como la tuya”.

Segunda reflexión: sobre la desafección

La movilización permanente y electoralista en las calles, abanderada en Euskadi, literalmente, por ELA, y dinamizada queriendo o sin querer por algunos medios desde ideologías diferentes (¿o complementarias?) ha buscado generar desafección en la política. Un demócrata intenta hacer justo lo contrario. Sin esa erosión serían imposibles algunos blanqueamientos, claro, pero también lo sería la compra de sufragios o titulares como este en EPE: «La venta de votos por Wallapop y Milanuncios: ‘Pido 9.000 euros, los primeros ladrones son los políticos'». Algunos son responsables directos de esto y, lo peor, están satisfechos.

Tercera reflexión: Twitter importa

Esta campaña Twitter ha sido importante. Ha sido importante si entendemos bien qué es Twitter. Y desde luego ha dado señales de que va a seguir siéndolo, no solo en Euskadi o en España: en EE.UU. va a ser la red social de la próxima campaña, el sitio en el que los candidatos van a lanzar sus mensajes para la prensa y las y los usuarios más intensivos (con el voto ya decidido). Unos y otros harán de caja de resonancia. La llegada de Ron DeSantis, desastrosa, fue significativa no solo por el valor que dio a la herramienta, sino por cómo rivales republicanos y demócratas estaban al acecho y aprovecharon los errores para poner sus tuits.

Cuarta reflexión: ¿y las webs?

Sigo reflexionando: igual que tengo claro que Twitter va a ser la referencia en las próximas campañas no tengo tan claro el futuro de las páginas web. Siguen pareciéndome imprescindibles y modelos descentralizados como Canal Red, el último experimento mediático de Pablo Iglesias, demuestran que sin una URL de referencia estás perdido, pero, ¿qué tráfico han recibido las webs de las y los candidatos? ¿Cuántas y cuántos usuarios las han usado para comparar programas, eso de lo que tanto se habla pero tan poco se hace? ¿O nos limitamos a los vídeos que aparecen en nuestras redes? ¿Es eso suficiente?

Quinta reflexión: lo indiscutible

El tema ha entrado en campaña, no podía ser de otra manera, aunque Isabel Díaz Ayuso lo haya usado para recoger nueces vascas en Madrid: los ataques racistas a Vinicius en Valencia son asquerosos y condenables. En todo punto. Sin duda. Sin “peros”. No podemos permitirlos. Con eso claro, podemos empezar a hablar de si el jugador es de una manera o de otra. Pero ese será otro debate y, en cualquier caso, será un debate menor. Y las excusas que hemos escuchado son intolerables. Lo mejor de ellas es que han llevado a Miguel Gutiérrez a escribir en Jot Down: “La culpa de los ataques racistas la tiene el negro”.

Qué (sin)vergüenza

Bildu es una coalición formada por Sortu y quienes les blanquean. Con esa circunstancia de base y lo que la izquierda abertzale aporta (como las y los 44 condenados en sus listas) se pueden armar muchas críticas. Pero nada justifica la desvergüenza de Isabel Díaz Ayuso: “Ayuso, sobre Otegi: ‘La Ley de Bienestar Animal estaba pensada para gente como él’”, leemos en El Independiente. Ante afirmaciones como esa apretamos filas: porque la política no se puede hacer sobre descalificaciones ni trazos gruesos, porque hay líneas que no se pueden pasar y porque denunciar el desbarre de la presidenta madrileña es una obligación.

Que mire en casa

Si alguien ha tenido actitudes tirando a animalescas este fin de semana ha sido, precisamente, un candidato del PP: “Entre los ultras del RCD Español que ayer, después de la victoria del FC Barcelona al RCDE Stadium, saltaron al campo había uno de sus candidatos a las elecciones del próximo 28 de mayo en Sant Joan Despí (Barcelona). Se trata de Yago Darnell, tal como han confirmado fuentes del mismo partido, el número 9 de la lista” (El Nacional). Pero el PP no puede ahora hacerse el sorprendido: su candidato (independiente) “ya fue identificado en los disturbios del partido entre el Girona y el Español en Montilivi de hace un mes”.

Peor lo tienen en Vox

En el PP se han encontrado con un hooligan con cierta tendencia a la violencia en sus listas, pero peor lo tienen en Vox: “Encarcelada una concejala de Vox en Madrid por tráfico de drogas” (El Periódico de España). La concejala y candidata para las elecciones del 28 de mayo, “Ana González Martínez, ha sido detenida en el marco de una operación de la Policía Nacional contra el tráfico de drogas y se encuentra en prisión provisional. En este dispositivo los agentes incautaron cocaína, marihuana y armas tras realizar registros en Madrid y Toledo”. Rocío Monasterio, que posó junto a ella en una foto, reclama presunción de inocencia.

Sin confundir

Raúl López Romo en The Conversation nos muestra “cómo enseñar sobre ETA y el terrorismo en secundaria”. Si es una pregunta yo tengo la respuesta: no confundiendo a la banda armada con el nacionalismo. El responsable del Área de Educación y Exposiciones del Centro Memorial para las Víctimas del Terrorismo lo primero que hace es mencionar los “mitos” de Franco (como si no hubiera condenado a un lehendakari abertzale al exilio) y de “lo español como algo intrínsecamente autoritario”, como si España, igual que el resto de estados con reivindicaciones nacionalistas en sus territorios, no usase nunca mecanismos autoritarios.

¿Para qué comunicamos?

Según Security, un blog especializado, el 47% del tráfico de Internet lo realizan bots (“47% of all internet traffic came from bots in 2022”). Es decir: dispositivos mecánicos programados para abrir ciertas webs y aumentar su tráfico… O hacer cosas peores. A esto tenemos que sumar, que nunca se nos olvide, las tontas y los tontos útiles: esos que hacen clic sin mirar, que siguen sin dudar, que leen sin pensar. Entonces, ¿para quién escribimos? ¿Para qué hacemos campañas en Internet? ¿No iba a ser esta la herramienta que iba a disparar el acceso a la información y, con él, el nivel medio de conocimiento sobre absolutamente todo?

No podemos olvidar

Por supuesto, no discuto que las y los candidatos de Bildu que fueron condenados por colaborar o pertenecer a ETA tienen todos sus derechos restituidos después de cumplir su condena. Pero eso no implica que no hicieran lo que sí hicieron y por lo que fueron condenados. No podemos estar señalando los ascensos de Arturo Espejo y meternos la mano en el bolsillo con la legitimación del fascismo local con la que algunos pretenden que traguemos. Nuestra labor como periodistas (como bien hace Jesús Barcos en su tuit) y, lo que es más importante, como vascas y vascos, es que no se olvide lo que pasó en nuestro país.

Haberte hecho funcionario

Como vasco, precisamente, una de las instituciones de la que más orgulloso me siento es la Ertzaintza. Tener una policía propia y dotarla de competencias y recursos es importantísimo como país. Defenderla de quienes quisieron aniquilarla, literalmente, fue una obligación como abertzale y persona. Recurrir a ella, por desgracia, es inevitable en nuestras vidas. Pero el cuerpo no puede olvidarse de qué va esto, de qué nivel de protección social e institucional tiene, de que amenazar con eventos que van a ser de todas y todos no es legítimo, y de que “haberte hecho ertzaina”, por supuesto, no es una respuesta.

¿Dónde estarán las y los comerciantes?

La idea de un supermercado público me resulta extraña y la insistencia de Pablo Iglesias, sospechosa. Pero sobre todo creo que no es un sector en el que poner en marcha una nueva mecánica funcionarial. España y Euskadi tienen un serio problema con las y los autónomos. No hablo de “entrepreneurs”, hablo de la fontanera y el tendero, del ebanista y la carnicera. Anuncios como este: “Belarra promete que en los súper públicos los trabajadores ganarán más que en los privados” (El Independiente) no parecen realistas, primero, porque habla de una hipótesis y, segundo, porque demuestra que no sabe de qué va el día a día de la mayoría.

No hay maquillaje que lo tape

Donald Trump, en un gesto que le retrata, ha despreciado a la mujer de la que, según las evidencias, abusó sexualmente, diciendo que ni siquiera la conoce. No hay maquillaje que tape de qué madera esta hecho el multimillonario (la misma que todos los multimillonarios, no lo olvidemos) ni el hecho de que haya sido condenado a “pagar cinco millones de dólares a E. Jean Carroll por abuso sexual y difamación” (EPE). Tampoco podemos olvidar quién sigue el modelo trumpista (Vox y Díaz Ayuso, en España; los populistas vascos, en Euskadi) especialmente ahora, que toca votar otra vez. EE.UU., como país fallido que es, va a su aire.

“Un terrible recordatorio”

“Su muerte es un terrible recordatorio de los riesgos y peligros que enfrentan los periodistas a diario”. Así empieza la nota con la que la agencia AFP daba a conocer que Arman Soldin, su coordinador de video en Ucrania, de solo 32 años, había fallecido en un ataque a los soldados locales con los que estaba en los alrededores de Chasiv Yar, una localidad cercana a Bajmut. Un ataque, ya lo digo yo, que partió del ejército invasor ruso. La de Soldin es, por desgracia, una muerte más en un conflicto cuyo inicio es la ocupación rusa por la cara de una parte de Ucrania. Su muerte, como todas las demás, podía haberse evitado.