No son los contratos, son los empleos

“La reforma laboral de 2021 ha sido un fracaso: a pesar de que ya no existen ciertos tipos de contratos temporales, las empresas usan los indefinidos como si lo fueran”. Más claro que este titular en El Blog Salmón, difícil. Hacer modificaciones legislativas para eliminar una palabra (“temporal”) pero, al mismo tiempo, flexibilizar el fin del contrato indefinido, es pulir la forma pero no entrar en el fondo. Así, Yolanda Díaz sonreía ayer y aplaudía en Bluesky su éxito: más contratos y todos indefinidos. “En 2023, el 52 % de los contratos indefinidos tenía una duración inferior a 180 días” y “los fijos discontinuos han crecido”. Esto un éxito no es.

Una reunión, ¿para qué?

En Sumar tienen un problema: cuando este gobierno se acabe la carrera política de la mayoría de sus integrantes también lo hará. Quien no salte al PSOE (el regreso a Podemos es impensable) tendrá que buscar su acceso a la vida civil, algo que parece que no les gusta porque dan pasos como pollos sin cabeza: la rueda de prensa coral de la mañana del miércoles, sin la líder, y la reunión larguísima con el PSOE por la tarde, sin soluciones ni conclusiones, son la nada. ¿Para qué? Nadie se cree sus amenazas porque nadie se cree su fuerza. El invento (Sumar no es un partido, es una marca) ha salido mal y acabará peor.

Se benefician

De la intrascendencia de Sumar y el cainismo inapetecible de Podemos se beneficia directamente la izquierda abertzale. La de siempre transmutada ahora en Bildu. La misma izquierda abertzale que no logra desligarse de esto: “Euskadi y Navarra registraron 168 actos de apoyo a ETA y sus presos entre enero y junio de este año” (El Independiente). “Actos registrados en la vía pública y que se han materializado en forma de manifestaciones de apoyo a los presos de la banda terrorista, en pintadas y pancartas exhibidas en el espacio público”. Actos, pintadas y pancartas que cada día más agotan a la ciudadanía.

Los republicanos son los otros

Retomo una idea, la de que Yolanda Díaz renunció a formar un partido para lanzar una marca que ahora se le escurre entre los dedos. Los partidos son importantes porque compactan, aglutinan, reúnen. Y despreciarlos es un error siempre. Ahora lo hace Trump, en su red social, Truth, en la que habla de “los republicanos” (en referencia a sus representantes) como si fueran los otros, les llama “ridículos” y les exhorta a votar “sí” a su plan para cercenar el gasto público. Trump comete un error también con esto, un error político. Y ese matiz es importante porque solo con la política (que no comprende) le podremos vencer.

¿Cuántas fotografías se hacen cada día en el mundo?

5.300 millones, según un estudio de Phototutorial que cogen al vuelo en Photolari. “Un total de, atención, 2,1 billones de fotos a lo largo de todo 2025”. Según el mismo estudio, “más del 94% de ellas se toman con smartphones”. ¿Para qué? ¿Revisamos esas fotos? ¿Las editamos para dejarlas bonitas? ¿Las conservamos en discos duros bien guardados? ¿Las imprimimos para revisitarlas de vez en cuando? ¿Para qué ocupamos tanta memoria en nuestros teléfonos, nuestras tarjetas y “la nube”? Una foto cumple una función: retener momentos que nos evocan recuerdos, nombres, sensaciones… Solo sacarlas no sirve de nada.

Saben que no es verdad

Osakidetza es una de las sanidades públicas de Europa que menos dinero destinan a sus conciertos con centros privados. Esta es la realidad. Y este, el argumento de LAB en su propia página web: “El gobierno no garantiza que el sistema sanitario se ofrecerá con recursos públicos y propios, y mantiene la dependencia respecto al sector privado”. Yo soy de Portugalete, toda la vida hemos ido a San Juan de Dios. ¿Qué pretenden? ¿Que dejemos de hacerlo y vayamos a Cruces a colapsarlo (para seguir quejándose)? ¿Construir otro hospital en Portugalete? ¿En serio? Si saben que lo que afirman no es verdad, ¿por qué lo hacen?

Cada día

“Israel mata a al menos 40 palestinos en Gaza, incluidas decenas que buscaban ayuda alimentaria”. Leo esto en France 24 y me quedo inmóvil delante del ordenador, como cada día, sin saber qué hacer salvo indignarme, salvo sorprenderme, también hoy, como ayer y, por desgracia, como mañana, por cómo esto puede suceder cada día sin que nadie haga nada, aparentemente. Mientras miramos a Irán o a La Haya, el gobierno y el ejército israelíes siguen asesinando a personas que lo han perdido todo y buscan comida para sus familias, muchas de ellas mutiladas. Este horror no puede resultarnos ajeno de ninguna manera.

En todo momento y en todo lugar

“Rusia gana terreno a la sombra del conflicto en Oriente Medio y recrudece sus ataques contra Ucrania”. Leo esto en El Debate y pienso que cuando Rusia gana terreno no lo hace marchando en un Lada, sino en tanques, con soldados armados y después de que los drones hayan explotado sobre objetivos militares y civiles, como vemos cada día. 42 personas fallecidas y más de 400 heridas en lo que llevamos de semana, según el digital, mientras miramos, otra vez, a Irán o a La Haya. Vivimos tiempos terribles pero no podemos resignarnos, al contrario: debemos ser exigentes con quien puede hacer algo para que lo haga.

¿Putin será el siguiente?

Esta semana Pedro Sánchez se ha enfrentado a Donald Trump y a Benjamín Netanyahu. ¿Alguien tenía que hacerlo y ha sido él? Sí. ¿Lo habría hecho si no estuviese en la situación política que sufre en España? Tengo mis dudas. Sánchez ha decidido fulminar la política exterior española. Tierra quemada. Como la de Israel en Gaza, sí. Como la de EE.UU. en el cerebro de los idiotas, también. Pero una huida hacia delante no es necesariamente valiente igual que lo que está haciendo Sánchez no es valiente, sino una huida hacia delante. ¿Será Putin el siguiente o evitará pisar pies izquierdos de pensamientos antiguos?

Seguramente, fue un sábado

Tal día como hoy, un sábado (creo) de junio de hace veinte años, Deia publicó por primera vez un artículo de opinión que firmaba un tal Iker Merodio. Entonces, hacía mi tesis sobre comunicación de conflicto, tuve el atrevimiento de escribir un mail al periódico que aita traía a casa y en Deia tuvieron la valentía de hacerme un hueco. Después me volví recurrente (o insistente), empezaron a pedirme colaboraciones y, finalmente, llegó esta columna (que lleva quince años saliendo a diario). Así que solo puedo dar las gracias a jefes, jefas, lectores y lectoras que siguen creyendo que puede que mañana tenga algo interesante que decir.

El titular que quería

“El pulso por el gasto en defensa sitúa a España como principal opositor a Trump en la UE”. Este es el titular que Pedro Sánchez quería leer, el que buscaba, y el que ha elegido El Diario. Vuelvo a citar a Ivà, que puso en boca de su Makinavaja aquel: “Pues bueno, pues vale, pues me alegro”. Será que estoy cansado y que tengo ganas de decir: “Menos no puede importarme”. Pero me importa, claro, porque creo que no podemos aislarnos (por mucho que a veces lo deseemos), porque aunque nos dejen con cara de pasmo, tenemos que mirarles de frente para ver cómo intentan engañarnos, manipularnos, llevarnos por donde quieren.

A la porra

No estoy en contra de que mi país esté en la OTAN, aunque sea de modo indirecto. Creo que la defensa común no es una cuestión que se puede despreciar a la ligera o por mantener un argumentario desactualizado. Pero sí estoy en contra de que el secretario general de una organización que tiene que ser pragmática y ágil, se muestre completamente servil a Donald Trump por mucho que sea el que más ponga para que la organización se mantenga. Rutte no sirve, se ha autodescartado, y como tal deberían de actuar el resto de países. Salvo España que, en su caso, también se ha autodescartado para poder presionar a Rutte.

Es triunfalista pero no gana

Tengo la impresión de que cuando Donald Trump habla como si fuera un poco tonto, con frases cortas y adjetivos grandilocuentes, lo hace para dirigirse a un público que lo aprecia, que acepta de buen grado que le expliquen las cosas de idiota a idiota. Es su cultura y hay que respetarla (o no). Pero si algo no me sorprende de su discurso es la incoherencia: Trump es un triunfalista excepcional pero no siempre un vencedor en lo político: según la BBC, “las centrifugadoras iraníes están prácticamente intactas y el impacto se limitó a las estructuras superficiales”, aunque ahora se afanen, como siempre, en dar la razón al jefe.

Es que es lo nuestro

Me parece bien lo que está haciendo la directiva del Athletic, que va a dificultar que un rival se refuerce. Un rival que, además, cuenta con todos los favores que necesite, incluidos los del gobierno español. Mientras en Francia el Lyon baja a segunda por mala gestión, en España Laporta reutiliza palancas para fichar e inscribir jugadores, y ahora para pagar otra cláusula de rescisión y otro contrato millonario. “Que se ocupen de lo suyo” (El Periódico), dice el presidente del Barça, y eso es justo lo que hacen Jon Uriarte y los suyos: porque Nico Williams sigue siendo jugador del Athletic aunque nadie en Barcelona actúe como tal.

Con dinero del Monopoly

Valoro los intentos del Athletic pero tengo pocas dudas: Nico Williams acabará jugando en el FC Barcelona, que pagará la cláusula de rescisión y podrá inscribir al jugador. ¿Con qué dinero? Eso es lo de menos y lo sabemos: “El Barça destinará los casi 100 millones de los palcos VIP a las obras del Spotify Camp Nou” (2 Playbook). Es el mismo dinero que sirvió para inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor, con ayuda del CSD, que luego no aparecía en las cuentas de La Liga, y con los que ahora pagarán una parte de las obras, según el FC Barcelona, claro. Y el dinero de Nike seguro que también se multiplica, como los panes, los peces y las butifarras.

¿Pero es una buena o mala noticia?

Acostumbrado como estoy a que El Independiente solo dé malas noticias cuando habla de las instituciones vascas, cuando he leído este titular he dudado: “Euskadi avalará la compra de un piso a ‘jóvenes’ de 39 años con ingresos de hasta 50.400 euros”. ¿Pero esta es una buena noticia o una mala? ¿Qué dice del país que personas de casi 40 años necesiten la ayuda del Gobierno para adquirir una vivienda? Será que tengo una edad parecida y que sé que hay personas cansadas de vivir de alquiler (porque “lo progre” ayuda a los grandes tenedores, sí) que quieren tener una vivienda propia y ahora, por fin, un gobierno les ayuda.

¡Ay, saben dos idiomas, pobres…!

El Debate es otro de esos digitales que se quedaron en que “lo vasco” tiene que ser sinónimo de “lo malo”. Esto de María Curiel es un despropósito: “El alto precio de la imposición lingüística en el País Vasco: los niños no saben ni euskera ni español”. Lo que el departamento vasco de Eduación ha trasladado es “una reducción generalizada en la competencia lingüístico-comunicativa”. Es decir: la chavalada se comunica peor. No importa el idioma. No tiene nada que ver el bilingüismo, ni el trinlingüismo, ni nada. Pero eso a las Curiel de la vida les da igual: el euskera y este Gobierno Vasco son el pimpampún global. Nunca salieron de la caverna.

Vale, ¿y cómo pagamos?

En El Economista dan cifras “de todas las Administraciones Públicas”: “El gasto en nóminas del sector público llega a su máximo con 172.350 millones”. Estoy seguro que el gasto en Hegoalde también está en máximos históricos. Y me parece bien. Pero me preocupa que tengamos claro que esta fiesta hay que pagarla y que nuestras cotizaciones no son suficientes: el sector público se paga con la actividad económica que genera la empresa privada. Las pequeñas, las medianas y, especialmente, las grandes. Por eso necesitamos atraer primero y retener después capital e inversiones. ¿A cualquier precio? No. Pero sí sabiendo lo que gastamos.

¡Claro que tener hijas e hijos es importante!

A estas alturas de la vida no tengo ninguna duda: quienes tenemos hijas e hijos debemos tener más facilidades y la prioridad. Hemos decidido hacer una aportación mayor a la sociedad a cambio de más frustraciones (y más amor, por supuesto). Así que me parece bien esto que he encontrado en El Blog Salmón: “Japón ya está viendo como su población decrece. Pero lanza un programa muy ambicioso para fomentar la natalidad que básicamente sanciona a gente sin hijos”. ¿Cómo? El gobierno ha aprobado “un suplemento a las primas de seguro de salud público” de modo general. Pero con descuentos a quienes tienen descendencia.

No lo entiendo

Si yo tuviera tanto dinero como Donald Trump pasaría de todo, me dedicaría a hacer una vida lo más normal que pudiese sin ninguna preocupación. Y si me preocupase por algo, desde luego, no sería por hacer aún más dinero. Por eso no soy rico, lo sé, no lo soy porque no entiendo esto: “Donald Trump lanzó su propio smartphone y operador móvil en Estados Unidos” (Infobae). Para empezar, es extraño que un presidente de gobierno genere un nuevo negocio, incluso en EE.UU., para seguir, un negocio en el que competirá directamente con empresas como Apple. ¿Qué gana? Dinero, evidentemente. ¿Para qué?

Qué tío, Koldo

Lo que sabemos de Santos Cerdán y José Luis Ábalos lo sabemos gracias a Koldo García. Él mantuvo las llamadas y, porque las mantenía, pudo grabarlas. Qué tío, Koldo, al que por si acaso se le acababa lo de conseguidor, guardó esos audios, supuestamente, para asegurar su posición. Unos audios que han acabado siendo un escándalo político explícito como pocos. La enseñanza, sin embargo, no es nueva: en política, rodéate de buenas personas. Huye de los Koldos en cuanto los veas o, a más tardar, cuando empiecen a manejar cientos de miles de euros delante de ti. Porque son los Koldos, los Santos, los Joseluis, los que hacen estas cosas.

Un sinvergüenza más, ¿qué importa?

Voy a intentar meter en esta columna los temas que Koldo García, Santos Cerdán y José Luis Ábalos les han ocupado el sitio: “Airbnb señala a los hoteles, cruceros y aerolíneas como responsables de la presión turística” (El Economista). Tienes que reírte. Esta mandanga intenta colocárnosla Jaime Rodríguez de Santiago, el director general de Airbnb para España y Portugal. ¿Los elementos que posibilitan contar con detalle el número de personas que llegan a un destino generan el problema? ¿Y la empresa que dispone de una infraestructura ajena e inabarcable es la solución? ¿En serio? Cómo nos toman por tontos, tú.

No lo entiendo

No son “las feministas”, sino la “Confluencia Movimiento Feminista”, pero estas (que tienen casi doce mil personas seguidoras en X) también tendrán que explicar muy bien por qué han convocado “concentraciones en hasta veinte ciudades españolas para exigir que se declare la inconstitucionalidad de la Ley Trans” (The Objective). Entre otras, Bilbao el próximo sábado. Yo no lo entiendo porque no soy muy listo, pero creo que hay mucha gente, mucho más espabilada que yo, que tampoco entienden por qué hablan de la “estafa del transgenerismo y cómo este socava los derechos de las mujeres y produce daños irreversibles en menores sanos”.

No son tan listos

Trump es listo, pero no tanto. Musk es listo, pero no tanto. Hemos creado entre todas y todos un sistema en el que para triunfar a lo grande solo hace falta una ambición igual de grande. No es necesario ser muy inteligente, ni inventar algo extraordinario. Tampoco hace falta ser buena persona, de hecho, si no tienes remordimientos, mejor te irá. Pero insisto en que listos no son: “Elon Musk instaló Starlink en la Casa Blanca. El problema es que nadie pensó en la seguridad de los móviles” (Xataka Móvil). El despropósito es tal que los móviles de la Casa Blanca se conectaban a una red llamada “Starlink Guest”. Es de chiste.

No hay otra solución

Según Informalia, después de que ‘La familia de la tele’ diera “un nuevo mínimo de audiencia: superados por Antena 3, Telecinco, La Sexta y Cuatro, e incluso por La 2”, “la cúpula de RTVE ya ha tomado la decisión de cancelar” el programa. Según el digital, en La1 esperarían al inicio del Tour de Francia para desplazar en la parrilla al gran fracaso de la televisión pública española (tan grande como innecesario). Hace tiempo que anuncié que ese programa influiría, de un modo u otro, en el fin de Pedro Sánchez. Lo que no esperaba es que la noticia coincidiese plenamente con estas semanas tan abrupta en lo político.